Capítulo 11- Trash.

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La semana pasada me dijeron que no se ven las canciones en la multimedia, no sé porque. Pero si no les aparece la canción, les dejo la playlist:
https://open.spotify.com/playlist/6A4LoNqZJZQ48Zqi00vwSn?si=85t3exklTteXADrlZnoVGg

Advertencia: este capítulo menciona tráfico de drogas y prostitución. Mención al suicidio, y comentario homofóbicos.

No me acordaba muy bien de este capítulo y es ahhhh. Se convirtió en otro de mis favoritos. POR FIN van a saber que paso ese horrible día. Solo puedo decir que Draco no la va a pasar bien en el pasado a partir de ahora. Cosa que edito de Draco en el pasado, cosa que lloro.
AA.

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Ann me llevó en su auto a casa, ya era noche. No quería volver a llegar tarde. La luz de la sala todavía estaba encendida. Suponía que Hermione y Ron todavía estarían esperándome. Me aliviaba pensar que ellos estaban en casa, cuando yo estaba en las reuniones. Había sido el primer día que no estaban en casa y fue un día horrible. Solo quería dormir hasta olvidar lo que se sentía estar vivo. Cuando entré a la sala Draco estaba pálido del rostro, cómo si hubiera visto a Voldemort. No se parecía nada al Draco de hoy, feliz y tranquilo después de pasar por Scorpius. Ni al Draco que comió un helado con Scorp en sus piernas, mientras nos platicaba sobre su día en la escuela. Con esa sonrisa que cautivaba. No, ahora parecía... tan roto. Me dolía verlo de esa manera.

Me acerqué a donde estaba, observé que tenía unas fotografías en las piernas. Un archivo de Auror. Mire a Ron y Hermione, ellos solo están con miradas asustadas, parecía que no sabían qué hacer. Me agache para quedar arrodillado enfrente de Draco, le quite el archivo de las manos, él me miró a los ojos, solo veía temor en ellos. Lo tomé de las manos para tranquilizarlo. Estaba temblando. Sus manos parecían hielo.

–Hola, ¿te acuerdas cuando te enteraste del origen de las fotografías? –él me seguía viendo con los ojos llenos de lágrimas. Le seguía acariciando las manos–. Recuerdo tu cara, esa cara de desagrado con sorpresa e ilusión. A veces solo tengo que recordar esa cara para reirme un buen rato –nos seguiamos viendo a los ojos, sus ojos ya soltaban unas lágrimas. Una pequeña sonrisa apareció en su rostro–. O cuando te di tu cámara en la primera navidad juntos. Ese fue un buen día. ¿No es así?

Él asintió, ahora él tomaba mis manos con fuerza. Tratando de aferrarse al presente.

–Ese... fue unos de los mejores días de mi vida –dijo con voz rasposa–. Fue... la primera vez... que amaba un regalo de alguien.

–Lo sé –le acaricie la mejilla quitando sus lágrimas–. Sacabas fotografías a cualquier cosa –dije con una risa–. Estabas tan feliz ese día.

Él se acercó más al contacto de mi mano.

–Lo lamento, no era mi intención –dijo Ron, eso me recordó que seguían aquí. Nos miraban estupefactos, aparte de darse miradas entre ellos.

Me levanté, le acaricié el cabello a Draco. Deje un beso en su coronilla.

–Está bien, Comadreja –dijo Draco con voz dolida.

–Yo... solo. Atrapamos a los sujetos y los tenía que reconocer. Yo no sabía...

–No te preocupes, Ron –le dije con calma–. Gracias por atrapar a esos desgraciados. Eres un buen Auror.

Ron aún seguía con una mirada que no podía descifrar, este miraba a Hermione, quién tenía la misma cara.

–Gracias por cuidarlos, mientras no estaba. Pero... creo que lo mejor, es que llevé a Draco a dormir –dije con cuidado. Ellos movieron su cabeza en forma de afirmación. Se disculparon con Draco otra vez, él les dijo que estaba bien. Ellos al fin salieron por la red flú.

El niño que vivió pero no aprendió a vivir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora