MI NIÑA

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Me senté en la gradas y encendí un cigarro, el día había Sido particularmente desesperante y necesitaba un espacio de paz, regularmente un espacio vacia bastaba para que yo pudiera tranquilizarme y ver las perspectiva del mundo un poco diferente pero está vez no fue así, seguía sintiendo ese vacío en mi corazón que me consume el alma. Cerré los ojos un instante y un grupo de gente cruzó por el campo y me llamo la atención, platicaba alegres como la mayor parte de la gente hace, ni siquiera notaron mi presencia. Baje la mirada esperando pasar desapercibido.
- ¿Si sabes que eso te va a matar verdad? - me preguntó una chica que se había acercado a mi.
Me miraba con una sonrisa en su rostro y yo sentí que la conocía de toda la vida o quizá de otra pero no sabía quien era.

- igual voy a morirme de algo.- conteste indiferente tratando de que se alejara.
- ¿Porque siempre eres tan negativo?
Levanté los hombros en respuesta. Ella se sentó junto a mi y comenzó a hablarme de su vida, me dijo que se había casado y que tenía dos hijos, me habló del tiempo que estuvo esperándome y de todo lo que había deseado hacer conmigo, me contó de su vida como fuéramos amigos de siempre y yo seguía sin saber quien era, luego unos minutos noto mi confusión y me dijo.
- ¿No tienes idea de quién soy verdad? - negué con la cabeza - mírame a los ojos y dime qué no me conocés.
Le hice caso no supe porque pero al instante reaccioné: reconocí esa mira, la mira de siempre la que había pasado vidas buscando y que solo por instantes había admirado, la reconocí.
- ¡Mi niña! - le dije y asintió con una sonrisa en su rostro.
Entonces supe porque se me había hecho familiar era ella, la misma de siempre pero ahora Lucia completamente diferente, su cuerpo, su piel su cabello todo era diferente pero su mirada seguia siendo la misma, me senti feliz y triste a la vez le dije que también me habia casado que estaba seguro que en esta vida la habia encontrado pero me había equivocado me respondió que le habia pasado lo mismo y que sin embargo al menos pudimos hablar de nuestros caminos sin tanta presión, la abrace y se despidió de mi, juramos seguirnos buscando la proxima vez me dio el beso de siempre y se alejo caminando hasta desaparecer de mi vista, me dió gusto verla, saber que sigue por ahí quizá en otro universo o realidad pero al menos me quedo la esperanza de volver a coincidir con mi niña

TEXTOS ALEATORIOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora