Han pasado seis meses desde que Luz y yo nos casamos. Vale y sus hermanos todavía están ajustándose a la nueva situación. La casa está llena de silencio y tensión, pero Luz y yo estamos decididos a hacer que funcione.
Pero justo cuando pensamos que todo estaba funcionando, Luz recibió una llamada urgente de su oficina. Su voz cambió de inmediato, y su rostro se llenó de preocupación.
—Richard, tengo que irme— dijo, su voz temblando. —Hay problemas en la empresa—
—¿Qué pasa?— pregunté, sintiendo una oleada de ansiedad.
—No lo sé— dijo, sacudiendo la cabeza. —Pero tengo que irme ahora mismo—
Me sentí sorprendido y confundido. ¿Cómo podía dejarla ir así?
—¿Cuánto tiempo estarás fuera?— pregunté, tratando de mantener la calma.
—No lo sé— dijo, su mirada evitando la mía. —Puede ser meses—
Vale y sus hermanos se quedaron conmocionados. La habitación se llenó de un silencio pesado.
—¿Por qué tienes que irte?— preguntó Vale, su voz llena de lágrimas.
—Lo siento, cariño— dijo Luz, abrazándola. —Es por la empresa. No tengo otra opción—
Luz se despidió de nosotros y se fue, dejándonos en un vacío emocional.
Y de repente, nos quedamos solos.
Vale y yo estábamos solos en la casa, sin la figura materna que nos unía.
Al principio, fue incómodo. La tensión entre nosotros era palpable.
Pero poco a poco, empezamos a hablar más. Empezamos a compartir secretos y a entender nuestros sentimientos.
Una noche, mientras veíamos televisión, Vale se sentó junto a mí. Su cercanía me hacía sentir nervioso.
—Richard— dijo, su voz baja y sensual. —¿Puedo preguntarte algo?—
—Claro— dije, mi corazón latiendo más rápido.
—¿Por qué te casaste con mi mamá?— preguntó, su mirada penetrante.
Me sentí sorprendido. Nadie me había preguntado eso antes.
—No lo sé— dije, sacudiendo la cabeza. —Creo que me enamoré de ella—
Vale me miró, su expresión escéptica.
—Pero ¿y ahora?— preguntó, su voz llena de curiosidad.
Me sentí nervioso. ¿Cómo podía responder a eso?
—Vale, no sé qué decir— dije, mi voz temblando.
Vale se acercó a mí, su rostro cerca del mío.
—Sé honesto conmigo— dijo, su aliento cálido en mi oreja.
ESTÁS LEYENDO
Mi padrastro - R.R
Rastgelemuchachxs me fui con toda, ya solo faltaba que sacaran a Richard cómo padrastro