Los días pasaban lentamente en lo que Aemond salió de viaje, los primeros días sentía como si nunca hubiera salido de la casa, pero ahora intentaba buscarlo en los rincones pero nada, más de una vez fue descubierto mirando con nostalgia la habitación del omega.
Intento despejar la mente al jugar con sus sobrinos. Por suerte para su hermano; Aegon era un ser amable por naturaleza y lo perdono con la condición de que si volviese a sospechar de su fidelidad le cortaría los testículos para secarlos y usarlos como joyería aun pensando su convertirlos en aretes o un elegante collar.
-En serio hermano ¿Cómo no te has dado cuenta que son tus hijos? si tienen tu olor con el de Aegon mezclados – se burlaba Lucerys de la desdicha de su hermano mayor que aun se lamentaba de su desconfianza.
-Soy un imbécil lo sé, no habrá días en donde no lamente el haber negado a mis hijos – decía el alfa con su bebe en brazos.
- Lo bueno es que lo lamentas de corazón y eso es suficiente para mí – dijo Aegon terminando de amamantar a su bebito glotón y procede a quitarle los gases moviendo las caderas del bebe apoyado en el hombro de su madre.
- espera déjame hacerlo a mi – el alfa intentaba recuperar el tiempo perdido pasando todo el tiempo con su omega y sus bebes, incluso llevo a Jahaerys a una de sus juntas más importantes para calmarlo un poco por los cólicos y de paso para hacerles saber que el alfa era el padre real de los cachorros.
- espera no lo hagas tan brusco – pero ya fue tarde por el que bebe regurgitó un poco de leche sobre el hombre de su padre.
- no importa, es solo leche
- si... leche... sobre tu camisa Hermes – dice con burla el menor.
- además no tiene aroma – dice Aegon comenzando a amamantar a su segundo cachorro en el otro pecho – Lucerys voltea apenado haciendo reír a su hermano mayor
- a mi me huele a quesillo – Lucerys arruga un poco la nariz por el olor de la leche cortada.
- ya te va a gustar este aroma cuando tengas a tus cachorros hermano.
La habitación de Jace y Aegon eran risas y burlas pero lamentablemente... el ambiente fue roto de inmediato. Sienten como llaman a la puerta y sabiendo que no recibirían a nadie se miran confundidos, Lucerys fue el que abre la puerta en lo que Jace cubre a Aegon con una manta para darle algo de privacidad y evitar celosamente que alguien vea a su omega alimentar a su hijo. Ven a la puerta un preocupado Daemon y todos sabían que algo malo debía de haber sucedido.
-¿Qué ocurre Tío Daemon? – pregunta preocupada Lucerys.
- vamos a la sala de juntas – con eso el alfa se retira sin dar explicaciones aun soltando ese aroma agrio que demostraba preocupación. El matrimonio se mira confundido y con ayuda de Jace pudo despegarse de su cachorro que apenas le quitaron su fuente de alimento comienza a llorar desesperado.
- shhh shhhh ya no llores mi niño hermoso – intentaba consolar el omega
- Vamos a la sala de juntas ahí podrás alimentarlo.
-pero – aun le daba algo de vergüenza alimentar a sus bebes en publico
- Deberá entender que no pueden interrumpir a un cachorro de su comida. Ellos no tienen horario y comen cuando tienen hambre, además te pasare mi chaqueta asunto arreglado.
Cuando se estaban acercando a la sala de juntas se escucharon llantos desesperados y gritos. Nunca en su vida había escuchado a su padre gritar alterado dando órdenes a diestra y siniestra.
- VAN A BUSCAR A MI HIJO EN ESE CASTILLO DE PACOTILLA O ENVIARE A MI GENTE PARA RECUPERARLO – gritaba fuera de si su padre, lamentablemente al abrir las puertas los gritos asustaron a los bebes.
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Demento-Lucemond
Hayran KurguAemond realiza un viaje de placer a una hermosa Ciudad de Italia donde rápidamente se convierte en una lucha para sobrevivir a una de las experiencias más traumáticas de su vida, por su parte los Targaryen investigan a contra reloj para intentar sal...