Capítulo VII: ¡Fiesta de cumpleaños!

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Los hermanos Kim finalmente llegaron a su preciado hogar. Después de quince minutos de viaje sumidos en un silencio expectante, Dahyun salió del auto, sintiendo la familiaridad del lugar que la esperaba. Se dirigió a la entrada, donde la risa y la calidez parecían asomarse a través de la puerta sellada.

—Tae, cerraron la puerta —informó a su hermano, mirando hacia atrás mientras él estacionaba.

—¿No traes llaves? —preguntó, con un tono de ligera preocupación.

—Las dejé en mi abrigo. Debe tenerlas Unnie —respondió, sonrojándose y sonriendo tímidamente al pensar en su casi novia.

—Ay, enamoradas —bromeó Taehyung, sacando sus propias llaves. Abrió la puerta con un giro de la muñeca y le hizo un gesto para que entrara.

Al cruzar el umbral, Dahyun se detuvo en seco, deslumbrada por la escena que se desplegaba ante ella. Sus madres, como dos rayos de sol, saltaban de alegría en la sala, sosteniendo un hermoso pastel adornado con velas brillantes. Las lágrimas de Lisa caían libremente, pero su sonrisa era un reflejo de pura felicidad. Globos de colores danzaban por el aire, y la decoración que había criticado su hermano por la mañana ahora le pareció mágica.

Taehyung sintió cómo su corazón se llenaba de calidez al ver a su hermana sonreír como nunca. Sosteniendo un peluche de “Pochaco” feliz entre los brazos de sus madres.

Dahyun se separó un poco para mirarlas, sintiendo el calor de su amor rodeándola. Las lágrimas de Lisa se mezclaban con risas, creando un coro de felicidad que resonaba en la sala.

—¿Sana ayudó con todo esto? —preguntó Dahyun, mientras su mirada recorría la decoración y el pastel.

—¡Por supuesto! —respondió Jennie, con una sonrisa radiante. —Ella nos ayudó a elegir la temática. ¡No podríamos dejar pasar tu cumpleaños sin una celebración así!

—Es un poco exagerado, ¿no? —bromeó Dahyun, sintiendo cómo su corazón se inflaba de alegría.

—Nada es exagerado para nuestra princesa —contestó Lisa, acariciando su cabello con ternura. —Tú lo mereces todo y más.

En ese instante, Taehyung se acercó con una sonrisa traviesa. —¿Quieres saber quién más está aquí? —preguntó él, con un brillo de emoción en sus ojos.

—¿Quién? —Dahyun sintió su curiosidad despertar.

Con un gesto teatral, abrió la puerta del salón contiguo, revelando a la persona que encendía su pasión musical: su tía Roseanne, quien estalló en un grito de “¡Sorpresa!”.

—¡Ah! Pensé que estabas en Europa.

—Lo estaba, pero nada es más importante que el cumpleaños de mi sobrina. Ven aquí y abraza a tu tía —dijo Roseanne, extendiendo los brazos.

Obediente, Dahyun rodeó la cintura de la rubia, recibiendo cálidos besos en la cabeza.

—Jisoo y yo te trajimos el mejor regalo. Te va a encantar.

—¿¡La tía Jisoo también vino!? —preguntó Dahyun, más emocionada por la presencia que por el regalo.

—Sí, está justo detrás.

—No me iba a esconder en ningún lado —dijo Jisoo mientras entraba—. ¿Qué pasaría si una feroz araña tocara mi perfecto rostro? Ahora, ven aquí y saluda a la mejor tía que tienes.

—¡Hey! —Roseanne protestó, fingiendo estar ofendida—. Esa soy yo.

Dahyun no podía dejar de sonreír. Su trabajo se complicó cuando fue envuelta en los brazos de Jisoo.

—Las extrañé tanto.

—Nosotras también, cariño —respondió Jisoo, apretándola con afecto.

Dahyun se separó, todavía sonriendo, pero con una chispa de emoción en los ojos.

—Entonces, ¿cuál es ese regalo tan increíble que me trajeron? —preguntó, mirando de una a la otra con expectativa.

Roseanne intercambió una mirada cómplice con Jisoo antes de responder.

—Bueno, estuvimos pensando mucho, y queríamos darte algo especial. Algo que puedas recordar siempre.

—Sí, y también algo que te inspire a seguir adelante —añadió Jisoo, cruzándose de brazos con una sonrisa de satisfacción.

Dahyun arqueó una ceja, más curiosa que nunca.

—¿Inspire? ¿Qué es? ¡No me dejen en suspenso!

Roseanne, riendo ante la impaciencia de su sobrina, sacó un pequeño sobre de su bolso. Dahyun lo tomó, algo perpleja, y lo abrió con cuidado. Dentro encontró dos entradas de concierto.

—¿Qué es esto? —susurró, mirando los boletos.

—Es un viaje a Nueva York para un fin de semana completo —anunció Jisoo—. Con entradas VIP para el festival de música más importante del año. ¡Y estarás en el backstage!

—¡¿Qué?! —gritó Dahyun, con los ojos muy abiertos. Casi no podía creerlo—. ¡Esto es increíble!

—Queríamos darte la oportunidad de conocer a algunas de las personas que te han inspirado a lo largo de tu vida —dijo Roseanne suavemente—. Y quién sabe, tal vez el próximo año, estarás tú en ese escenario.

Dahyun sintió que sus ojos se humedecían, completamente abrumada por el regalo.

—No sé qué decir… esto es… es demasiado.

—No lo es querida —le dijo Jisoo, acariciándole el rostro con ternura—. Has trabajado muy duro, Dahyun. Ahora es momento de que disfrutes.

Dahyun se lanzó a los brazos de sus dos tías, rodeándolas con fuerza. —Las amo tanto. —murmuró.

—Nosotras también, cariño —respondieron ambas al unísono, envolviéndola en un cálido abrazo familiar.



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