Capítulo I: Un cumpleaños diferente.

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La casa de los Kim estaba llena de preparativos para una celebración, pero no una cualquiera. Era el cumpleaños número diecisiete de Dahyun, la pequeña de la familia, y su hermano mayor aún no podía creer lo que veía. ¿Sanrio? ¿En serio?

—¿Dubu no es un poco grande para esto? —preguntó Taehyung, incrédulo, mientras observaba los cupcakes decorados con la famosa gatita de moño rosa.

Lisa, su madre, lo miró con una sonrisa traviesa. —¿De qué hablas? Mi bebé solo cumple diecisiete una vez un su vida.

Taehyung rodó los ojos y, sujetando la silla en la que su madre estaba subida para colgar decoraciones, se distrajo unos segundos. Cuando volvió a mirar, ella ya estaba trayendo una piñata gigante.

—¡Madre, deberías apoyarme! ¡Lisa está loca! —exclamó desesperado, buscando respaldo en su otra mamá.

—Mamá Lili, para ti, señorito —reprochó Lisa, con un tono firme, apuntando a su hijo mayor—. Estos jóvenes de ahora… —murmuró para sí, aunque lo suficientemente alto para que él lo escuchara.

—Madre, ¿qué piensas tú? —le preguntó a Jennie, mirándola con ojos suplicantes.

—Cariño, tu mamá solo quiere celebrar este último cumpleaños especial para nuestra Dada—respondió ella, poniéndole un gorrito de fiesta en la cabeza.

Taehyung cruzó los brazos, visiblemente molesto. —¿Pero con decoraciones de Sanrio? ¡La van a humillar! —exclamó, preocupado por la reputación de su hermana.

—Estás equivocado, hijo —dijo Lisa con confianza.

—No, mamá. ¿Qué va a pensar Sana cuando se entere de que aún le hacemos fiestas con temáticas infantiles a Dahyun? —se quejó, estallando un globo que había flotado cerca de su cara.

—¿Sana? Sana fue la que eligió la temática —Jennie respondió con confianza. Logrando que en el rostro del hombre se dibujara una expresión de asombro y confusión.

—¡Ay, Dios mío, osita! Nos olvidamos de invitar a las tías. Rápido, llama a las chicas —gritó Lisa, corriendo hacia el teléfono.

—¡No! —exclamó Taehyung, deteniéndola con un grito—. Quiero decir… no pueden dejar que vean esto. Piensen en Dahyun —suplicó, su voz temblando de preocupación.

—Lo hacemos, hijo. Por eso vamos a llamar a las personas favoritas de Dubu —respondió Jennie, ya con la libreta de contactos en mano.

—¡Jennie, no puedes dejar que avergüencen así a tu hija favorita! —se quejó Taehyung indignado.

Levantó una ceja y le respondió, calmada. —Tu mamá sabe lo que hace.

—No, no lo sabe —protestó, acercándose apresurado—. Dame el teléfono, Manobal.

—¿Sí? —respondió Lisa, pero era demasiado tarde. El teléfono ya estaba en uso, y Taehyung se quedó atónito, sin poder detener el curso de los acontecimientos.

Lisa soltó una pequeña risa al ver la expresión derrotada de su hijo.

Resignado, Taehyung se dejó caer en el sofá, observando cómo sus madres terminaban de decorar la sala. Sabía que no había forma de convencerlas de que Dahyun ya no era una niña, que no necesitaba una fiesta con temática infantil.

«Para ellas, Dahyun siempre será su bebé» Pensó Taehyung con una sonrisa melancólica. «Y yo… también.»

La sonrisa en su rostro se hizo más amplia mientras extendía los brazos para recibir los besos que Jennie le plantó en las mejillas, desvaneciendo cualquier rastro de enojo.

Happy birthday. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora