12.

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Marquen las faltas de ortografía plis.

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Todo le daba vueltas.

Leyó el contenido de la hoja al menos díez veces y en cada una de ellas su estómago se revolvía aún más.

La pareja lo miraba con preocupación, no se había movido ni había dicho nada desde hacía un rato. Niall miraba a su amigo alerta por cualquier acción que tomara.

Hasta que lo vieron levantarse rápidamente y salir de la cocina, el ojiazul lo siguió al instante hasta que lo vio meterse al medio baño que había en la planta baja.

Lo escuchó vomitar lo que muy seguramente era el almuerzo que le preparó y supo que contrario a lo que creyó, le cayó mal. Se dió vuelta con una mueca de desagrado y tapando su boca porque probablemente tendría el mismo destino si seguía escuchándolo.

Llegó con su novio quien lo abrazó con la intención de que esa sensación nauseabunda saliera de su cuerpo.

–¿Cómo es que estás tan normal? Yo siento horrible.– preguntó aún refugiado en sus brazos.

–Veo cosas peores todos los días, ésto no es nada.– le restó importancia.

Escucharon la cadena del baño, algunos movimientos y después el fluir del agua del grifo. Harry no salió de inmediato, pasaron algunos minutos en donde la pareja solo observaba con insistencia la puerta medio cerrada.

Hasta que el alfa salió con la respiración agitada y el cabello húmedo, los miró unos segundos y cerró los ojos mientras se recargaba en la puerta. Niall salió de su escondite, para estar atento.

–Díganme... Que ésto es una broma.– habló en voz baja.

–No lo es Harry.

–Daryl me dijo que hiciéramos la prueba, le dije que no porque... Porque no creí que fuera posible y que solo era un capricho de mi alfa.– tragó saliva.

–¿Quién es Daryl?

–Su doctor.– contestó su novio.

Harry soltó un suspiro y llevó una mano a su estómago, aún tenía náuseas pero ya no había nada más que pudiera vomitar, cerró los ojos.

Imaginó a una pequeña niña, de sonrisa con hoyuelos y unos ojos azules hermosos, con cabello suave y ondulado, de un color castaño precioso. La pequeña alfa que se emocionaba cuando le hablaba de plantas y que le contaba hasta la más mínima cosa que hacía.

–Entonces...– volvió a pasar saliva.– ¿Entonces es mi hija? ¿Aimée es mi hija?

–Técnicamente sí.

Cómo si la sola confirmación verbal fuera lo único que faltaba, al abrir los ojos sintió que el piso se movía, un fuerte mareo le sorprendió.

–Yo... Necesito sentarme.– Niall se apresuró a ayudarlo a llegar a la sala.

En unos minutos los tres alfas se encontraban sentados en los cómodos sofás, cada uno pensando en una cosa diferente. Y es que era una noticia que no se podía tomar a la ligera.

–¿Cómo pasó?– preguntó después de un momento con voz trémula.

–Realmente es más simple de lo que crees, la implantación se hizo con tú esperma.– explicó el doctor.– cuando se hacen inseminaciones lógicamente se entrelazan los genes de la madre y el donante creando algo único, pero la expresión genética puede variar por lo que no todos los rasgos del donante se manifiestan, sin embargo, tu genética es fuerte, la de ambos, como te dijo Niall, Aimée es una perfecta mezcla entre Louis y tú.

Your story intersected with mine. |LS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora