Después de varios días de caminata, el trío finalmente llegó al comienzo de las imponentes montañas. Ralts, Buneary, y Charcadet se detuvieron para observar el paisaje que se extendía ante ellos. La montaña era enorme, mucho más de lo que habían imaginado, con picos que se perdían en las nubes. El frío empezaba a sentirse, incluso desde la base, y los fuertes vientos hacían que el ambiente se volviera más helado con cada paso.
-Es más grande de lo que pensaba... -dijo Ralts, sintiendo una mezcla de temor y asombro.
Charcadet asintió en silencio, sabiendo que, aunque la opción más obvia sería bordear la montaña, eso les llevaría varios días más. No podían permitirse ese lujo.
-El camino más rápido es cruzar -dijo Charcadet, con una determinación firme en su voz-. Será difícil, pero tenemos que hacerlo.
Buneary, aunque visiblemente nerviosa, también asintió. No tenían muchas opciones si querían llegar a tiempo.
Antes de empezar, Charcadet revisó rápidamente la bolsa improvisada que había hecho durante el viaje con hojas y ramas. Dentro, guardaba algunas provisiones que habían recolectado en el camino, así como ramas que podrían ayudar a soportar el frío intenso. Estaba claro que el clima se volvería más severo cuanto más ascendieran.
-Bien -dijo Charcadet, ajustando la bolsa sobre su espalda-. Estamos listos.
Ralts miró a sus compañeros, con un leve destello de esperanza en sus ojos. Sabía que el camino sería duro, pero con Charcadet y Buneary a su lado, sentía que podían superar cualquier cosa. El objetivo de llegar a casa le daba la fuerza necesaria para continuar.
Con una última mirada entre ellos, el trío comenzó a avanzar hacia la montaña, sabiendo que el desafío que les esperaba no sería fácil, pero decididos a cruzarla para continuar su viaje.
El primer día de trayecto por la montaña fue más tranquilo de lo que esperaban, aunque no por ello menos agotador. El viento frío golpeaba constantemente sus cuerpos, y el suelo rocoso y empinado hacía que cada paso se sintiera pesado. Ninguno de ellos estaba acostumbrado a este tipo de ambiente, y eso comenzaba a notarse en su cansancio.
A medida que avanzaban, Charcadet, Ralts, y Buneary intentaban mantener el ritmo, pero el frío empezaba a entumecer sus cuerpos. Finalmente, cuando el sol comenzó a ocultarse, encontraron una pequeña cueva que parecía perfecta para pasar la noche.
-Este lugar servirá -dijo Charcadet, tratando de sonar optimista mientras observaba la entrada de la cueva-. Podremos reponer energías aquí.
Ralts y Buneary asintieron en silencio, exhaustos por la caminata. Aunque la cueva proporcionaba un refugio del viento, afuera, una ventisca comenzaba a formarse. El aire helado arrasaba con fuerza, haciendo que la temperatura bajara drásticamente. El frío se sentía aún más intenso ahora que el sol se había escondido.
Charcadet, decidido a mantenerlos calientes, comenzó a preparar una fogata con las ramas que habían llevado. Con un movimiento rápido, encendió las llamas, y por un breve momento, el fuego iluminó la cueva y llenó el espacio con una cálida luz.
Pero, tan rápido como se encendió, la fogata se apagó. El viento de la ventisca era tan fuerte que su frío se colaba incluso dentro de la cueva, extinguiendo las llamas.
-Lo siento... -murmuró Charcadet, frustrado.
Buneary se frotó las patas, tratando de combatir el frío.
-No te preocupes, Charcadet. Has hecho lo mejor que podías.
Ralts, por su parte, intentaba contener su temblor. El frío le afectaba más, y aunque al principio parecía tímido, sabía que no había otra opción. Sin el fuego, la única manera de mantenerse cálidos sería compartir el calor corporal. Charcadet, siendo un Pokémon de tipo fuego, emanaba un calor natural que les proporcionaría el refugio necesario contra la helada.
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"𝑀𝑎́𝑠 𝑎𝑙𝑙𝑎 𝑑𝑒́... 𝑢𝑛𝑎 𝑣𝑖𝑑𝑎 𝑝𝑜𝑘𝑒𝑚𝑜𝑛"
FanfictionAngel, un fan de Pokémon, siempre soñó con ser parte de ese mundo. Despertar como un Pokémon parecía un sueño hecho realidad, ¿quién no preferiría ser un poderoso compañero en lugar de un simple entrenador? Peleas vibrantes, ganar la Liga Pokémon, t...