1. He usado a mi novio para tener sexo en público.

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Tengo que darme prisa. Finalmente mi primera experiencia liberal plena, va a tener lugar el fin de semana que viene y mi intención era poder contar aquí en este formato mis diez mejores polvos antes de que esa lista pueda quedar obsoleta. Si habéis leído ya alguno de estos relatos de mi vida sexual, os habréis dado cuenta de que más que el acto en sí de follar, lo que me ha ocurrido es que cuando pasaron, yo estaba muy cachonda, de la misma manera que preparar lo que estoy pensando para el sábado que viene, me tiene todo el día así. Menos mal que al final este fin de semana Andoni no ha tenido que trabajar y lo hemos aprovechado. Quizá también esté haya sido mi último fin de semana con él si no asume todo lo que voy a hacer en ese homenaje que me voy a dar. La vez que voy a contaros ahora, está en mi número uno precisamente por lo que sentí antes, mientras y después de follar aquel día. Pongamos que yo estaba pasando una crisis existencial. Después de haber sido infiel a Andoni con un italiano maduro, que la verdad me folló de puta madre, pasé diez días muy extraños. Pasaba de la depresión a la euforia. Esos días estaba viviendo en casa de mi amiga Virginia con ella, su marido y sus dos hijos. Una tarde al llegar de trabajar, su marido Aitor me dijo que ella había perdido un vuelo y que tenía que quedarse a hacer noche en Ámsterdam. Ellos tenían que haber asistido a una gala esa noche y como ella no llegó, me “ obligaron” a que fuera yo con Aitor a esa gala, porque los dos pensaron que me ayudaría a superar el bache.

Aitor-. Creo que debes empezar a llevar una actividad más normal. Te metes a diario en tu cuarto y apenas sales. Todo no es trabajar, Ane. Ven conmigo a la gala, acompáñame…

Yo -. No pinto nada en esa gala yo. No sabría ni de que hablar y no conozco a nadie allí.

Yo-. Conoces a toda la gerencia de Baskdone que son parte de los que estarán allí. Susana y Aitana estarán. Los niños se quedan todos en su casa con la niñera. Se va a hablar de lo que se habla en cualquier sitio. Además…

Yo-. ¿Además?.

Aitor-. Maria es la homenajeada y sabe quien eres para Virginia y para mí. Ella llevó la agenda de Virginia mucho tiempo. Estoy seguro de que le encanta verte allí en representación de Virginia.

Yo -. Aitor. Si ni siquiera tengo ropa adecuada. ¿Quieres que vaya con el uniforme de gala?. Jajaja.

Aitor-. Se me ocurre algo mejor. Sígueme.

Y le sigo. Directamente al vestidor de Virginia. En mitad del vestidor como si estuviera expuesto hay un vestido corto de gala en un azul intenso precioso. Están los zapatos a juego a su lado. El bolso…  hasta la lenceria. Estaba todo preparado para que se lo pusiera Virginia al llegar de ese viaje que ha hecho imposible que llegue. Sé que ella esperaba esta ocasión como algo muy especial. Encargó este vestido a una modista de Leioa que suele hacer para Virginia cosas especiales y este vestido es muy especial. Tiene el color del nuevo logo de ValleVerde promociones, que es la empresa de la que Maria Calderón es directora general desde hace dos años que Virginia la puso al frente.

Yo-. No me atrevería a llevar este vestido. Es demasiado especial para ella.

Aitor-. Hagamos algo. Voy a llamar a Virginia a ver que opina.

Yo-. Ni se te ocurra, que la conozco….

Aitor-. Vale. Estonces elige ese u otro. Ponte lo que quieras, pero ponte guapa, que vas a ser mi acompañante en una gala.

Lo dice señalando con los brazos abiertos la cantidad de ropa de todo el vestidor. Lo dice con una preciosa sonrisa cómplice en los labios. Lo dice convencido y feliz. No sé en que momento de esta conversación ha asumido o hemos decidido que voy a ir a esa gala, pero el simple hecho de obviar la duda me hace sentir cómoda con la idea. Debo empezar a sobreponerme, a estar más… normal. Hoy estaba bien cuando he llegado a esta casa y sentirme cómoda otra vez delante de Aitor refuerza esa sensación. ¿ Me apetece ir a esa gala?. ¿ Me ayudará a sentirme mejor?. Antes de responderme a estas dos dudas, estoy vestida con un precioso vestido azul intenso. Me miro en los espejos. Me siento bien. Estoy guapa. Hace muchos años que no me vestía así ni parecido. Al menos para salir, porque en este vestidor si he estado vestida con preciosas ropas de ceremonia y protocolo. Le envío un par de fotos a Virginia pidiéndole consejo después de decirle que voy a ir con Aitor a esa ceremonia. Ella se alegra mucho y me dice que me recoja el pelo…  yo antes de salir del vestidor al baño de ella para usar su maquillaje me doy cuenta de un leve detalle. Aitor antes de salir del vestidor se ha llevado un tanga nuevo de encaje que había al lado del vestido. Mejor que como estoy seguro que quedaba la combinación, porque no me he puesto nada debajo para probarme el vestido. He ido al baño de ellos. Aitor estaba en la ducha y le he gritado desde fuera que me arreglaría después de terminar él. Aitor le ha dado importancia al tiempo que podría tardar y se ha apurado en dejarme libre el baño lo más pronto que ha podido. Yo solo me he maquillado un poco y me he pintado los labios con un rojo que siempre usa Virginia. También me he puesto uno de sus perfumes y me he hecho un moño alto y desmechado. Al salir del baño para ir a la cocina a esperar para marchar, Aitor estaba aún en bóxer de espaldas a mi, en su vestidor. Para mí sorpresa estoy mejor de lo que suponía. Verle de espaldas semidesnudo ha sido un precioso regalo. He ido a beber agua a la cocina. En dos minutos Aitor ha llegado preparado para irnos.

Los diez mejores polvos de mi vida. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora