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El viento frío del invierno golpeaba con fuerza el rostro de Jake al cruzar las puertas del colegio, desordenando su cabello que había arreglado con tanto cuidado esa mañana. Todo su esfuerzo por peinarlo había sido en vano.

—Entonces, ¿te vas a unir a nosotros esta tarde? —preguntó Ni-ki, uno de los mejores amigos de Jake, mientras pasaba su brazo por encima de sus hombros y dejaba caer todo su peso sobre él, casi haciéndole perder el equilibrio.

Jake, recuperándose del desequilibrio, empezó a caminar a un ritmo más lento, ya que Ni-ki no era nada liviano.

—Aún no lo sé, Ni-ki —respondió Jake con una voz llena de indecisión—. Si no tengo que ayudar en la empresa, supongo que si iré.

Ni-ki bufó con descontento. No le gustaba la idea de que Jake no se uniera a sus salidas diarias, que normalmente consistían en ir al mismo parque de siempre y andar en patinetas hasta que el sol empezara a esconderse. Ellos dos, y también con...

—¡Jay! —gritó Ni-ki al ver al otro miembro habitual de sus aventuras.

Justo en ese momento, divisaron a Jay en la esquina de la calle, despidiéndose de otro chico que estaba a su lado, su novio, un tierno castaño con encantadores hoyuelos. Se dieron un corto beso en los labios, seguido de unos cuantos abrazos y murmullos que Jake y Ni-ki no pudieron escuchar desde la distancia. Tras unos momentos, el castaño subió a un auto y Jay se dirigió hacia ellos con una sonrisa relajada en su rostro.

—Ey, chicos —saludó Jay con una voz tranquila—. Al final, ¿vamos a salir hoy?

—Jake dijo que no —respondió Ni-ki rápidamente, con una expresión de decepción exagerada.

Jake rodó los ojos al escuchar la rápida conclusión de su amigo.

—Dije que no estoy seguro, nada más —corrigió Jake con un tono de exasperación—. Si me permiten, estaré allí.

—Eso significa un no —Ni-ki dramatizó su respuesta con un tono exageradamente triste y un puchero falso—. ¿Cómo podré vivir sin ti esta tarde?

Jake y Jay se miraron, acostumbrados ya a los dramas de Ni-ki. A pesar de lo cómico que sonaba, sabían que Ni-ki era alguien muy apegado a ellos, y la idea de no tenerlos a su lado por un solo día lo hacía sentir que los extrañaría más de lo que admitía.

Con un fuerte abrazo, Ni-ki se despegó de Jake y ajustó su mochila en los hombros mientras llegaban a la esquina donde solían separarse para ir a sus respectivas casas.

—De todas formas, avisa en el chat grupal si puedes venir —dijo Ni-ki con esperanza en la voz, aún no queriendo rendirse ante la posibilidad de que Jake no los acompañara.

Ni-ki se despidió con un abrazo apretado, haciendo que tanto Jake como Jay se quejaran por la fuerza con la que los apretó, antes de doblar la esquina y alejarse.

—Nos vemos, chicos —dijo Ni-ki con una sonrisa antes de desaparecer de su vista.

Jake y Jay continuaron caminando en silencio hacia sus casas, disfrutando de un ambiente relajado y cómodo, el único sonido provenía de sus pasos al chocar contra el pavimento frío.

Jake levantó la vista y observó el gran edificio de la universidad, el mismo donde su hermano mayor de 22 años estudiaba. La estructura de piedra gris y las amplias ventanas de cristal brillaban bajo el tenue sol de invierno, dándole un aire imponente y casi atemporal.

—¿Puedes creer que el próximo año probablemente estemos preparándonos para ingresar aquí? —dijo Jake con un suspiro, su voz cargada de una mezcla de nostalgia y ansiedad mientras observaba a los estudiantes caminando por los alrededores, algunos con libros en la mano, otros sentados en los bancos del jardín central.

യᩙ   ݂    ݁   𝗕𝗲𝘆𝗈𝗇𝖽  𝘁𝗶𝗆𝖾   💍ᩙ꤬᭪  |  𝖲𝗎𝗇𝗀𝖩𝖺𝗄𝖾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora