3. ♡

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Jake ya se encontraba en la casa del rubio, sentado sobre un almohadón en el piso, jugando al Uno mientras escuchaban la lluvia caer afuera de la casa. El sonido de las gotas golpeando el techo y las ventanas creaba un ritmo relajante. La luz tenue de la lámpara del salón iluminaba los rostros de los amigos, creando un ambiente acogedor y cálido.

Con un movimiento cuidadoso, agarró un trozo de pizza y le dio un mordisco, asegurándose de que Ni-ki no estuviera tratando de ver sus cartas. Debía tener cuidado con el menor, ya que aunque pareciera inocente, era un tramposo y un mal perdedor de primera. Así que sujetó fuerte sus cartas y las mantuvo frente a su cara, protegiendo su juego de la curiosidad del rubio.

Cuando menos se lo esperaba, el castañito novio de su amigo gritó con felicidad: "¡Uno!" La voz de Jungwon resonó en la habitación. Mientras Jay miraba orgulloso a su novio, el pelinegro y el rubio se miraron, soltando un suspiro resignados. Jungwon no podía ser tan bueno en los juegos de cartas; los estaba humillando desde que empezaron a jugar.

No tardó mucho para que el de hoyuelos se quedara sin cartas, ganando la partida. - No juego más, me rindo -, habló el menor de todos, el rubio, levantándose de su lugar para caminar a pasos perezosos hacia la cocina y traer consigo una botella de Coca Cola. El sonido de la nevera al abrirse y cerrarse rompía el silencio.

- ¿Cómo eres tan bueno en esto, Won? - preguntó Jake, acercándose al sofá en donde se encontraba Jay sentado, apoyando su cabeza en este para relajar su cuello. La textura suave del sofá era un consuelo para su cansancio. Jay le acarició el cabello a Jake, quien cerró los ojos, disfrutando del momento.

- Supongo que solo es suerte -, contestó Jungwon, guardando las cartas en la cajita correspondiente.

Ni-ki se acercó a ellos, sentándose cerca y dejando la bebida ya servida en varios vasos sobre la mesa. - Estaba pensando en dónde podemos salir los cuatro juntos -, dijo, con una voz tranquila pero entusiasmada

Los chicos lo miraron con curiosidad ante el repentino plan propuesto por el menor.

- Qué raro que quieras salir, normalmente solo te gusta hacer planes en tu casa -, dijo Jay, luego dio suaves palmadas en su lado en el sofá, haciendo que su novio se sentara junto a él y, con cansancio, apoyara su cabeza en la apertura del cuello y hombro del peligris.

- Exactamente esa es la razón, pensé en que deberíamos empezar a hacer cosas distintas -, propuso el rubio.

- Me parece buena idea -, habló con la boca llena de pizza el pelinegro de mechones largos, tratando de que las palabras salieran lo más entendibles posible.

Mientras la parejita empezaban a darse mimos en el sofá, los otros dos chicos se quedaron en silencio por unos segundos, pensando en opciones de dónde ir, hasta que el rubio sirvió un poco de su vaso de Coca y habló: - Ayer vi que abrieron el parque de diversiones, ¿qué tal si vamos allí? -

El pelinegro formó un puchero inconsciente en sus labios, pensándolo; no le parecía mala idea.

- Hace tiempo que no voy a ese lugar, me apunto -, contestó Jake, agarrando otra rebanada de pizza más.

El rubio miró a Jay para ver si este estaba de acuerdo; el peligris miró a su novio, quien se encontraba con su cabeza en su hombro. Este asintió ante la idea. - Nosotros también vamos -, contestó.

- Al primer juego que subiremos será a los autitos chocadores -, habló con entusiasmo el menor, haciendo que Jay soltara una carcajada. La risa de Jay resonó en la habitación, haciendo sonreír a los demás.

- ¿Hay miles de cosas más emocionantes y quieres subirte a eso? -, preguntó divertido. - ¿Cuántos años tienes? -

- Ay, perdón, ¿tiene algún problema viejo con canas? - El rubio le hizo gestos de burla al mayor de la habitación; Jungwon se rió en el hombro de este.

യᩙ   ݂    ݁   𝗕𝗲𝘆𝗈𝗇𝖽  𝘁𝗶𝗆𝖾   💍ᩙ꤬᭪  |  𝖲𝗎𝗇𝗀𝖩𝖺𝗄𝖾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora