Capítulo 4

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Empezaba a oscurecer en lo que salía del consultorio y Nitta Akari lo en el estacionamiento de la escuela muy atenta a algún vídeo en su celular y riendo muy animadamente. El auto de servicio ya había sido guardado, se movilizarían en el vehículo de Akari.

- ¡Señor Ijichi! - saltó la muchacha guardando su celular en su saco - Pensé que tal vez ya no vendría. - dijo ella con un leve puchero.

- Para nada. Disculpe la demora señorita Nitta, la consulta se extendió un poco.

- Bueno, salgamos de aquí entonces - dijo la chica, quitando el seguro del carro - la reunión será en un restaurante de comida tradicional cerca del centro de Tokio. Ya nos están esperando - terminó.

El viaje fue algo silencioso al principio, Ijichi iba mirando por la ventana aun pensando en todo lo que había conversado con la señorita Ieiri. Por su parte Nitta iba concentrada en manejar, aunque de rato en rato daba una mirada de reojo a Ijichi, lucía preocupado y perdido.

- Dígame señor Ijichi - comenzó Nitta - usted...¿tiene alguien que le guste? - Ijichi volteó con expresión de sorpresa - Eh, disculpe. No quise ser irrespetuosa, es que... como o veía preocupado, quise conversarle de cualquier tema para...para...

- No se preocupe, Nitta. No ha sido irrespetuosa, mi vida privada no es algo de lo que converse a menudo pero respondiendo a su pregunta, no tengo a nadie que me guste, ¿por qué lo pregunta? - dijo él volviendo su mirada a la carretera.

- Eh...pues co...como usted es de la misma rama laboral que yo, quería saber si le era igual de difícil lograr concretar algo con otra persona - suspiró - yo no he tenido la más mínima oportunidad - se quejó la chica. Ijichi escuchaba atentamente - Este trabajo es muuuuy demandante, ni siquiera he podido visitar a mis padres. Al único que los fines de semanas es a mi hermanito y es porque vivimos juntos, él también es asistente. Aunque yo no quise que lo fuera, el muy terco no me hizo caso - parloteó - ¿usted cree que no le guste a los demás ? - Ijichi la miró en silencio - ¿soy fea? - lloriqueó.

- Eh...cálmese señorita - dijo el asistente - es lo mismo para todos en nuestro trabajo. Y no considero que usted sea fea o desagradable a los ojos y percepción de los demás - Nitta sonrió - creo que es una cuestión de exceso de carga laboral. Sucede lo mismo conmigo, - prosiguió - este trabajo requiere ser muy minucioso y estar siempre pendiente de las misiones. Si bien tenemos un horario bajo el cual debemos actuar, a veces las misiones se extienden por horas y horas sobre nuestro horario de salida. Yo no he podido visitar tan seguido a mi madre y hermana, por ejemplo. - dijo suspirando pesadamente - Desearía verlas más amenudo, pero al menos puedo llamarlas, casi todos los días converso con ellas.

- Es verdad. No debería estar quejandome - se reprochó - esto nos pasa a todos, ojalá hubieran menos misiones, tal vez así descansaríamos más.

- Sería lo ideal pero este mundo es el que es y con los eventos actuales, no creo que disminuyan las maldiciones.

- Ojalá no se cumpla lo que dice - se espantó y negó con la cabeza - sería terrible para todos.

- Pues de algún modo tenemos que seguir con nuestras vidas ¿no?

En ese momento, el rostro de Akari se iluminó y volteó a mirar a Ijichi mientras esperaba que la luz del semáforo cambie a verde - ¡Señor Ijichi! - gritó espantando al pobre hombre - En las próximas vacaciones ¡Le presentaré a una de mis primas! - rió inocentemente - Ella también es beta y no es mucho menor que usted... si recuerdo bien usted debería tener veintiséis años, estaba un año por encima de mi curso cuando ingresé a la escuela - realmente estaba entusiasmada, posiblemente hasta imaginando cómo sería la boda entre esos dos y cuántos hijos tendrían.

El Estoico y El LealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora