COMPRAS DOMÉSTICAS

10 2 0
                                    

Vivir juntos había sido un tanto difícil al principio, Mikey era caprichoso y demandante la mayor parte del tiempo, sin contar que el departamento era demasiado pequeño para escapar de sus pensamientos; no tenía un jardín en el cual podía meditar o un dojo en el cual sacar todas sus frustraciones, tampoco recuerdos en cada rincón que lo reconfortaban. En este departamento debían escribir nuevas historias y recuerdos, a veces las novedades ponían nervioso a Mikey, pero había algo que los reconfortaba: "ir a walmart".

A Draken no le apasionaban mucho las compras, no lo disfrutaba del todo, de hecho simplemente iba, metía al carrito lo que debía comprar, pagaba y se iba. No le interesaba pasearse por los pasillos ni buscar ofertas o qué cosas nuevas tenían los estantes. Esa era su rutina quincenal o a veces mensual, depende si compartía sus despensa por la visita inesperada de su novio o alguno de sus amigos.

Cuando Mikey se mudó con él las compras habían sido diferentes, en primera porque Mikey se trepaba al carrito, como si fuera un niño, y le pedía a Draken que lo paseara por todos lados. Recorrían cada pasillo, de cabo a rabo para que Mikey pudiera ver con detalle todo lo que había; la primera vez Draken se preguntó si el supermercado siempre había sido tan grande. En segunda Mikey arrasaba con todas las muestras gratis, especialmente si se trataban de golosinas, obligando a Draken a comer de lo mismo. En tercera, Draken no sabía que Mikey fuera un apasionado de las compras, literalmente le gustaba cazar ofertas y comprar el precio de los productos; desde que le hacía caso a su novio Draken se ahorraba unos cuantos yenes y no notaba la diferencia entre los productos que solía comprar a los que Mikey le decía que comprara en vez de.

Cada ida a comprar la despensa era una aventura divertida, recuerda una vez que Mikey le obligó a meterse en la canasta del carrito para demostrarle lo divertido que era. Draken le hizo caso, por el simple hecho de complacer a su amado y terminó atorado. Las piernas se le acalambraron a los cinco minutos y, cuando intentó salir, no pudo. Mikey y él estuvieron más de una hora intentando sacarlo, a mitad del pasillo se acumuló un montón de gente que se burlaba y hasta lo grabaron; no recuerda cómo pasó pero al final lograron sacarlo. Fue viral unas cuantas semanas y tuvieron qué cambiar de supermercado porque la gente no dejaba de acercárseles y decir tonterías o tomarles fotos, incluso los trabajadores los miraban feo y vigilaban de cercas para que no cometieran otra tontería como esa.

Otra de esas veces a Mikey se le ocurrió separarse para abarcar más espacio, Draken no lo vio mal y, como siempre, cumplió su pequeño capricho. Cuando pensó que tenía todo dentro del carrito, esperó a Mikey cerca de las cajas para que pudiera localizarlo fácilmente, incluso le mandó un mensaje para que se apurara, igualmente ya tenía todas las compras, ¿Mikey qué podía traer? En ese momento pensó que la sugerencia dada por su novio había sido una reverenda estupidez pues Draken había hecho las compras por su cuenta y Mikey ni sus luces. Cuando pasó más de hora y media verdaderamente se preocupó, más aún porque Mikey no respondía ni sus mensajes ni sus llamadas (apostaba que, como siempre, había dejado su celular en casa), así que tuvo qué acudir a servicio al cliente para que vocearon a su novio y se reúna con él en las cajas. Mikey llega a los pocos minutos, muy quitado de la pena.

—¿Dónde mierda estabas?

—En el pasillo de los juguetes —le resta importancia encogiéndose de hombros —. ¿Vamos a pagar ya?

Y como lo supuso, Mikey no tenía nada de las compras que se suponía iría a buscar. Después de ese día, Draken no dejaba que Mikey se fuera por su cuenta y prefería ir con él al pasillo de los juguetes. Ambos se pasaban mucho tiempo dando vueltas en el mismo lugar, mirando y analizando cada uno de los juguetes. A veces, por capricho de los dos, escogían algo y lo compraban, por lo general eran juegos de mesa que disfrutaban en la comodidad de su hogar, y eso era bueno pues relajaba en demasía a Mikey.

Sí, el día de compras se había vuelto el favorito de los dos pues se divertían y distraían más que cualquier persona normal. El supermercado era su propio escape de realidad y, mientras a Mikey le sentara bien, Draken haría la despensa las veces que fuesen necesarias.

FLUFFTOBER 2024 - DRAKEY VERSIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora