Capitulo 5

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Con la tensión en el aire, Jungkook se dedicó a investigar todas las conexiones posibles. La mano en la caja se convirtió en su obsesión, un recordatorio constante de que el tiempo se estaba acabando. Comenzó a recopilar información sobre personas desaparecidas, buscando cualquier pista que lo condujera al asesino.

Cada detalle contaba. Mientras revisaba los informes y las grabaciones, notó un patrón en los lugares donde habían ocurrido los crímenes. Las áreas más oscuras y aisladas eran el escenario perfecto para Taehyung. Jungkook se comprometió a no dejar que más inocentes sufrieran.

Mientras tanto, Taehyung disfrutaba de su juego. En su mente, cada movimiento era una danza macabra. Sabía que Jungkook lo estaba buscando, pero eso solo aumentaba su emoción. Se sentía invencible, como un gato jugando con su presa. Sin embargo, había algo más oscuro en su mente; una necesidad de llevar su juego a un nuevo nivel.

Mientras tanto, Jungkook revisaba los informes de las huellas dactilares encontradas en la mano. La única pista que había obtenido era la del propio chico, y eso lo frustraba aún más. Sin embargo, no estaba dispuesto a rendirse. Se reunió con su equipo y comenzaron a trazar un mapa de los lugares donde el asesino había actuado.

Esa noche, Taehyung decidió cambiar de escenario y fue a un bar nuevo. Observó a su alrededor hasta que vio a un chico que se dirigía al baño. Con una sonrisa encantadora, Taehyung lo siguió y comenzó a coquetear. El chico, ligeramente borracho, respondió al juego de seducción.

Después de un intercambio de palabras y risas, Taehyung sugirió ir a un lugar más privado. Salieron del bar por una lugar son cámaras y subieron al auto de Taehyung. El chico, cansado por el alcohol, se quedó dormido durante el trayecto.

Al llegar a su destino, Taehyung lo cargó cuidadosamente hasta el sótano de su casa. Cuando el chico despertó, se encontró atado y asustado. Taehyung, con una frialdad calculada, comenzó su ritual, mientras el chico luchaba por comprender lo que sucedía.

El sótano estaba oscuro y silencioso, roto solo por los débiles sonidos de otro chico que aún yacía allí, débil pero vivo. La atmósfera era tensa, y el miedo llenaba el aire.

-Por favor, déjame ir. No te he hecho nada.- decía el chico desesperado

-Lo sé, pero ya estás aquí. -Con una sonrisa tranquila

-Te lo suplico, no diré nada a nadie. Solo déjame ir.

-Es curioso cómo todos dicen lo mismo. -riendo suavemente

- ¿Por qué haces esto?,-decia entre lágrimas

-A veces, simplemente sigo el impulso.- Exclamó taehyung riendo

-Por favor...-suplicaba el chico

-Tranquilo, todo estará bien.- dijo tae mirándolo a los ojos

Taehyung tomo unas pinzas y decidió sacarle todas las uñas al chico, mientras la otra víctima solo cerraba sus ojos deseando salir de ahí, mientras taehyung termino de sacarle las uñas decidió darle un corte en la garganta, mientras el chico se desangraba, taehyung fue hacia al otro chico que le faltaba una mano, tomo un martillo y empezó a darle martillazos en la cabeza haciendo que partes de su cerebro saliera.

Con una calma inquietante, concluyó su siniestro trabajo y decidió que era hora de deshacerse de la evidencia. Llevó los cuerpos a las afueras de la ciudad, dejándolos en un lugar apartado, asegurándose de que fueran encontrados con un mensaje dirigido a un detective.

En medio de la oscuridad, Taehyung se alejó, satisfecho con su obra, dejando tras de sí un misterio que esperaba desentrañarse.

En el cuartel policial, el ambiente era rutinario hasta que sonó el teléfono. Un oficial atendió la llamada, y su expresión cambió rápidamente a una de preocupación.

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