Capitulo 7

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Mientras el sol se ocultaba tras los árboles, Jungkook sintió que la conversación fluía con una naturalidad que lo sorprendía. Taehyung, con su sonrisa encantadora y su energía contagiosa, parecía tener la capacidad de iluminar incluso los días más oscuros. Pero había algo más, un trasfondo de melancolía que Jungkook no podía ignorar.

-¿Y qué hay de ti? -preguntó Taehyung, su mirada inquisitiva fija en Jungkook-. ¿No sientes miedo de lo que pueda pasar?

Jungkook se detuvo un momento, reflexionando sobre la pregunta. La verdad era que, a pesar de su propia valentía, había momentos en los que la incertidumbre lo golpeaba con fuerza. Pero no quería compartir eso con Taehyung. No quería que su vulnerabilidad manchara la atmósfera ligera que habían creado.

-No, no realmente -respondió, tratando de sonar convincente-. Siempre hay algo que hacer, algo en lo que concentrarse.

Taehyung asintió, pero Jungkook pudo ver que no estaba del todo satisfecho con la respuesta.

-¿Te gustaría hacer algo esta semana? -sugirió Taehyung de repente, su tono juguetón regresando. La idea lo sorprendió, pero también lo emocionó.

-¿Qué tienes en mente? -preguntó Jungkook, sintiéndose un poco más intrépido.

-Una pequeña aventura, algo diferente. Podríamos ir a ese nuevo café que abrieron en la esquina o tal vez dar un paseo por la ciudad.

Jungkook sintió que su corazón se aceleraba. La idea de pasar más tiempo con Taehyung, lejos de las presiones del mundo, le parecía atractiva.

-¿Te parece si lo planeamos para el fin de semana? -dijo Jungkook, tratando de sonar casual, aunque la emoción se filtraba en su voz.

-Perfecto -respondió Taehyung, su sonrisa iluminando su rostro de nuevo-. Será divertido.

La promesa del fin de semana les dio una sensación de ligereza, como si un nuevo capítulo estuviera a punto de comenzar. Mientras se despedían, Jungkook no pudo evitar mirar atrás una última vez, capturando la imagen de Taehyung riendo con Yeontan en brazos.

Cuando Taehyung llegó a casa, la puerta se cerró tras él con un suave clic, y la sonrisa que había compartido con Jungkook se tornó en una expresión más siniestra. Se recargó contra la pared, dejando que la oscuridad de la habitación lo envolviera.

—El juego apenas comienza —murmuró para sí mismo, una chispa de emoción brillando en sus ojos.

Los días pasaron, y mientras Jungkook se sumergía en su investigación sobre el misterioso "asesino" que acechaba la ciudad, Taehyung se encontraba atrapado en sus propios pensamientos, orquestando un nuevo y macabro plan. Cada detalle se alineaba con una precisión inquietante en su mente, un rompecabezas que solo él podía ver.

Taehyung podía sentir la adrenalina corriendo por sus venas. Había algo electrizante en la idea de manipular a quienes lo rodeaban, de jugar con sus mentes y corazones. La perspectiva de ver cómo Jungkook, ese chico tan inocente y protector, caía en su trampa lo hacía sonreír.

Mientras tanto, Jungkook luchaba por concentrarse. La imagen de Taehyung seguía apareciendo en su mente, esa sonrisa que parecía esconder secretos profundos. A veces, se preguntaba si su interés por el chico iba más allá de la mera amistad. Pero esa idea le resultaba inquietante; había algo en Taehyung que lo atraía y lo repugnaba al mismo tiempo.

Cada vez que Jungkook encontraba una nueva pista sobre el asesino, la imagen de Taehyung lo acechaba, como si estuviera presente en cada rincón de su investigación. La naturaleza cambiante de Taehyung, su vulnerabilidad en un momento y su siniestra confianza al siguiente, lo dejaba completamente desconcertado. ¿Era posible que Taehyung estuviera involucrado en algo más oscuro?

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