Al amanecer, desperté aún en los brazos de mi príncipe, lo único que hice fue abrazarlo más. Noté una pequeña y tierna sonrisa dibujada en sus labios.
— buenos días, príncipe.
— buenos días, sultana. — abrió los ojos, sonreí y me acerqué a besarlo. — ¿Cómo dormiste?
— a su lado siempre dormiré bien, ¿y usted?
— bien también. — se levantó y comenzó a arreglarse.
— ¿ya debe regresar a Manisa? — asintió.
— puedes quedarte en mis aposentos, le diré a mi madre que te los asigne a ti, estarás segura y cuando venga, podremos estar juntos.
— ¿cree que su madre lo deje?
— no estoy seguro, pero Allah mediante aceptará.
— que Allah lo escuche, Alteza. — me levanté.
— vendré muy seguido, ahora con lo que pasó, me preocupa más lo que te pueden llegar a hacer.
— lejos del harén dudo que me hagan algo.
— estar lejos del harén no garantiza seguridad. — comentó. — ¡guardias! — estos abrieron la puerta.
— ¿Sí, Alteza?
— díganle a Sümbul que le traiga un cambio a la sultana. — indicó amablemente.
— enseguida. — cerraron la puerta y se escucharon unos pasos alejarse de los aposentos.
No mucho después llegó Sümbul con un cambio en sus manos.
— aquí está el cambio que me pidió, su Alteza. — avisó, me acerqué y lo tomé.
— gracias, Sümbul. — le dije.
— no es nada, señorita Miray.
— Sümbul, desde ahora te dirigirás a Miray como sultana, ¿sí? — asintió. — y también quiero hablar contigo y con mi madre, ¿podrías avisarle?
— claro que sí. — hizo una reverencia y se fue.
— iré a hablar con ellos, por mientras cámbiate. — asentí, besó mi frente, hice una reverencia y se fue.
Me miré en el espejo, mis golpes ya se habían desinflamado, tan sólo quedando uno que otro moretón y rasguño, ya no me veía tan mal.
Me desvestí y me cambié, es un vestido hermoso, de color menta, muy parecido al que usé la primera noche que estuve con el príncipe.
Después de unos minutos tocaron en la puerta.
— pase. — dije y entró Sümbul.
— sultana, la sultana Hürrem y el príncipe Mehmet solicitan su presencia en los aposentos de la sultana.
— claro, vamos. — lo seguí hasta los aposentos, al entrar hice dos reverencias, para la sultana y el príncipe.
— ¿quería verme, sultana?
— sí, Mehmet habló conmigo, me pidió que te quedaras en sus aposentos mientras él permanece en Manisa, pero eso no está permitido, esos aposentos sólo pertenecerán al príncipe. — comentó. — Sümbul ya te consiguió tus nuevos aposentos, a partir de hoy vivirás ahí y cuando el príncipe vuelva, podrás dormir ahí.
— usted es muy generosa, mi sultana, muchas gracias. — besé su mano y sonrió.
— eso no es todo, Miray, también tendrás a tus propias criadas, te dejaré escogerlas.
ESTÁS LEYENDO
LA SULTANA DE LA LUNA [SEHZADE MEHMET]
FanfictionUna joven inglesa, fue raptada de su hogar y vendida al lejano palacio Topkapi, para ser educada como criada del harén de su Majestad, el Sultán Suleyman, sirviendo a la Sultana Hürrem y a la Sultana Mihrimah. Pero justo llegó el momento en el que...