La sultana Hürrem organizó una fiesta, en celebración de su primer nieto.
— ¿y el príncipe vendrá? — le pregunté.
— el príncipe vendrá cuando tenga que hacerlo, claro que le mandé una carta avisándole sobre la fiesta, pero queda en él venir o no. — respondió y me tomó del mentón con gentileza. — no comas ansias, Miray, mi león estará emocionado con la noticia y vendrá a verte.
— sultana...
— ¿sí?
— si una concubina queda embarazada de un príncipe... ¿Por qué Handan sigue aquí y no en Amasya con el príncipe Mustafá?
— porque aún no ha dado a luz.
— ¿entonces...?
— tampoco te irás hasta que des a luz, es para proteger al bebé. — sólo asentí. — mandaré un vestido y joyas para que los uses en la fiesta, te verás hermosa. — sonreí.
— gracias, mi sultana. — besé su mano y me retiré.
No sé si sentirme bien o mal al respecto, no podré irme con el príncipe hasta dentro de unos meses.
— ¿qué te tiene con la mirada caída, Alex? — me preguntó la sultana Mahidevran, venía junto a mi hermana.
— no es nada, sultana. — respondí haciendo una reverencia. — ¿cómo has seguido con tu embarazo, Alice?
— me llamo Handan.
— sí, claro, como digas... escuché que ninguna de las dos nos podremos ir con los príncipes hasta que nazcan los bebés. — comenté. — es una lástima que mamá y Will no estén para felicitarnos, sé que ambos estarían muy felices por nosotras.
— ¿quién es Will? — preguntó la sultana.
— es nuestro hermano mayor, sultana, no se preocupe... — miré nuevamente a mi hermana. — con permiso... — volví a hacer una reverencia y al pasar a un lado de mi hermana, me tomó del brazo.
— no sé qué trames, pero no te saldrás con la tuya, cuando estábamos en Yorkshire tú podías tener el control, pero aquí sólo eres una simple criada.
— al igual que tú, sería una lástima que dieras a luz a una niña, seguirías siendo una criada, no pierdas las esperanzas, hermanita.... nunca se sabe qué podría pasar. — me cacheteó tumbándome, la sultana no la detuvo.
— ¡Ojalá pierdas a tu bebé! No lo mereces. — gritó. — ¡ojalá tu bebé se muera! — siguió gritando, llegó Nazli y ella intentó quitármela de encima, pero no lo logró.
— ¿qué está pasando aquí? — escuchamos a la Sultana Mihrimah, Handan dejó de golpearme y se levantó. — ¿qué te pasa, Handan? ¿Sabes lo que pueden hacerte por golpear a la favorita del príncipe Mehmet?
— no sé qué le dijo, pero provocó a Handan, sólo se estaba defendiendo. — intervino la sultana Mahidevran.
— tampoco sé lo que le habrá dicho, pero eso no es razón suficiente para desearle la muerte al bebé y mucho menos golpearla. — le dijo mientras Nazli me ayudaba a levantarme. — llévala a mis aposentos y cura sus heridas.
— enseguida, sultana. — me tomó del brazo y nos fuimos. — ay Miray, mira cómo te dejó...
— yo me lo busqué...
— ¿qué le dijiste?
— que su bebé podría ser una niña, sé cuánto anhela un niño, porque eso le concederá el título de sultana.
— Miray...
— ya sé que estuve mal, pero ella siempre me trata de provocarme...
— ojalá la sultana Mihrimah y la sultana Hürrem no se enteren.
— ¿por qué?
— según me contó Esma, cuando nació la sultana Mihrimah, la sultana Hürrem no la quería por ser una niña, sentía que había decepcionado a la Madre Sultana y al sultán, pero resultó ser que la sultana Mihrimah es la adoración del sultán, su madre se arrepintió de haberla despreciado cuando nació, su hija es su luz, su niña adorada. — me contó mientras entrábamos a los aposentos de la sultana, sólo sonreí, aunque doliera mucho hacerlo. Me duele toda la cara. — conozco al príncipe desde que era pequeño, sólo tiene el harén porque es un derecho que todo príncipe tiene, pero cuando habla sobre ti con la Sultana Mihrimah o con su madre, se notan sus sentimientos hacia ti.
— ¿en serio? — asintió. — ¿no lo dices solo para hacerme sentir mejor?
— un poco, pero lo que te digo es cierto. — sólo sonreí muy levemente mientras limpiaba mis heridas.
Después de un rato llegó la sultana.
— Nazli, puedes retirarte. — asintió, hizo una reverencia y se fue. — Miray... — con un ademán me señaló que me acercara. — por Allah, cómo te dejó, ¿cómo te sientes?
— un poco mejor con el ungüento que Nazli me aplico, muchas gracias. — sonrió, pero rápidamente volvió a mirarme seria. — sultana... — sólo levantó la mano, señalando que parara de hablar.
— no siempre tendrás la misma suerte de que aparezca cuando alguien te agreda, no me interesa lo que le hayas dicho a Handan, pero debes empezar a tener más cuidado con tus palabras, ambas traen en su vientre a mis sobrinos, veo por ambas, pero honestamente veo más por ti porque traes en tu vientre al hijo de Mehmet, tuviste mucha suerte y Allah mediante tu bebé nacerá bien, pero debes cuidarte más, aunque se trate de tu hermana. — sólo asentí. — si mi madre pregunta por ti, diré que estás muy enferma y que la doctora te dijo que mantuvieras reposo por el bebé, no debe verte así.
— pero... — me miró molesta, cómo si la desafiara. — la sultana Hürrem organizó una fiesta que se dará en la tarde y quiere que esté ahí.
— ya veré como posponerla, por ahora puedes retirarte.
— de acuerdo, mi sultana, gracias. — hice una reverencia y salí de sus aposentos.
¿Cómo haré para cubrir mi rostro ante la sultana?
No tengo que preocuparme por el resto de las criadas, la mayoría vieron y no detuvieron a Handan. Malditas serpientes.
— ¡Por Allah, ¿qué te pasó?! — me preguntó Feriha al llegar a nuestra habitación.
— ¿no te enteraste?
— he estado todo el día con la sultana Hatice.
— ¿quién es la sultana Hatice?
— es la hermana del sultán, vino de visita ya que Ibrahim Pasha, su esposo, está preparando todo para la campaña y está muy lejos, sus hijos vinieron con ella y pues... — sonreí.
— ¿estuviste como su niñera? — asintió. — al menos tú tuviste un día tranquilo, con niños, me alegro.
— ¿extrañas ser la niñera de los príncipes?
— sí, demasiado, son buenos niños... y es menos peligroso que ser la favorita de un príncipe, si pudiera... volvería a serlo. — sólo sonrió y tomó mi mano.
— necesitarás un velo, supongo que no querrás estar frente a las sultanas con esos moretones en la cara.
— adivinaste... — respondí mientras ella se acercaba a su caja, sacó un velo negro y lo acomodó de modo que los golpes casi no se notaran. — eres una genio, Feriha, gracias...
— no es nada... — la abracé.
Al parecer es la única amiga que tengo, me alegro de tenerla...
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Nota: no me voy a basar en la vida real, pero sí un poquito en la serie, namás para aclarar.
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LA SULTANA DE LA LUNA [SEHZADE MEHMET]
FanficUna joven inglesa, fue raptada de su hogar y vendida al lejano palacio Topkapi, para ser educada como criada del harén de su Majestad, el Sultán Suleyman, sirviendo a la Sultana Hürrem y a la Sultana Mihrimah. Pero justo llegó el momento en el que...