Capitulo 0

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El aire frío de la tarde rozaba mi rostro mientras observaba, a lo lejos, la figura de Minho caminando hacia mí. Como siempre, su sonrisa era suficiente para iluminar todo a su alrededor. Él, con esa seguridad que siempre le envidié, avanzaba con pasos tranquilos, tomándola de la mano. Su novia.

Sentí el peso familiar en mi pecho, ese que nunca me dejaba respirar del todo. Las veces que estuve a su lado, riendo, compartiendo momentos que solo los mejores amigos tienen, jamás fueron suficientes. Porque siempre hubo una distancia que no podía cruzar, un sentimiento que me quemaba desde adentro, pero que jamás podría confesar.

Minho me lo contaba todo. Desde sus sueños más ambiciosos hasta los detalles más banales de su vida diaria. Me hablaba de ella con ese brillo en los ojos que solo había visto cuando hablaba de las cosas que realmente amaba. Y yo, siempre sonriendo, fingiendo que no dolía. Que no me desgarraba por dentro cada vez que lo veía tan feliz con ella.

Yo era su mejor amigo. Nada más. Nada menos.

Y a veces, me preguntaba si lo que sentía era un castigo. Un castigo por haberme permitido enamorarme de la única persona que jamás podría ser mía.

Pero estaba bien, o al menos eso me repetía a mí mismo. Porque aunque doliera, aunque me desgarrara desde lo más profundo, yo prefería seguir a su lado, como su confidente, su apoyo… su sombra. Era el único lugar en el que sabía que me permitiría estar. Y si ese era el precio por amarlo, entonces estaba dispuesto a pagarlo.

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