Capitulo 6

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Las semanas pasaron y la soledad se volvió mi compañera. Minho había decidido mudarse con Ji-Hyun, y cada vez que entraba a casa, sentía su ausencia más intensa. Me encontraba en un lugar que antes solía llamarse hogar, pero ahora era solo un espacio vacío, lleno de recuerdos que me golpeaban.

En el trabajo, las cosas eran igualmente incómodas. Intentaba ser profesional, pero cada vez que veía a Minho y Ji-Hyun juntos, mi corazón se sentía como si estuviera a punto de quebrarse. Él sonreía, pero esa sonrisa no era la misma que solía dedicarme a mí. Era como si los colores de su vida hubieran cambiado, y yo me quedara atrapado en el blanco y negro.

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Llegó el día del festejo de su boda. Las invitaciones fueron enviadas y, aunque había dudado en asistir, no podía dejar de pensar en que a pesar de todo soy o era amigo de Minho. Y como siempre debía estar con el o para el. Así que, con el corazón pesado, le pedí a Yuna que me acompañara.

Cuando llegamos al lugar, el ambiente estaba lleno de risas y felicidad. Las luces brillaban y la música sonaba, pero yo solo sentía un nudo en el estómago. Ver a Minho en su traje, sonriendo mientras Ji-Hyun se veía hermosa a su lado, fue un golpe difícil de digerir. Intenté concentrarme en Yuna, que parecía emocionada y feliz, pero mi mente vagaba entre recuerdos.

Recordé una noche en la que Minho y yo bailamos en la cocina, riendo y disfrutando de la música. Él siempre había sido el alma de la fiesta, capaz de iluminar cualquier habitación con solo sonreír. Pero ahora, ese mismo brillo estaba dirigido a otra persona.

- ¿Estás bien? - preguntó Yuna, mirándome con preocupación.

- Sí, solo... es un poco abrumado por toda la gente que hay. - respondí, tratando de sonreír.

A medida que avanzaba la noche, me di cuenta de que Minho estaba más ocupado con sus invitados y con Ji-Hyun que nunca. Pero había momentos en los que su mirada se encontraba con la mía, y por un breve instante, parecía que los viejos tiempos volvían a fluir entre nosotros. Sin embargo, esa chispa rápidamente se desvanecía al ver a Ji-Hyun a su lado.

Mientras la celebración continuaba, sentí que la tristeza comenzaba a mezclarse con la alegría. Sabía que debía estar feliz por ellos, pero cada risa y cada brindis resonaban en mi corazón como ecos de lo que alguna vez tuvimos.

Finalmente, llegó el momento del brindis. Minho se puso de pie, con una copa en la mano, y sonrió a todos los presentes.

- Gracias a todos por estar aquí. Este día significa el mundo para mí, y no podría estar más agradecido de tener a Ji-Hyun a mi lado. - dijo, su mirada brillando con amor.

Mis manos temblaron alrededor de la copa, y tuve que tragar el nudo en mi garganta. Era todo lo que había querido escuchar de él, pero ahora estaba escuchándolo de otro.

Después de un par de brindis más y bailes, la música cambió a una balada lenta. La pista de baile se llenó de parejas, y antes de que pudiera darme cuenta, Yuna me tomó de la mano y me llevó a bailar. Intenté disfrutar el momento, pero mi mente no podía dejar de pensar en Minho y en lo que una vez compartimos.

Al mirar a su alrededor, vi que él había tomado a Ji-Hyun en sus brazos, y estaban bailando juntos. Esa imagen me dolió, y no pude evitar que una lágrima se escapara. Yuna, al notar mi expresión, apretó mi mano.

- Oye, Han... Tal vez no entiendo bien que sientes...pero estoy aquí contigo- dijo, con una voz suave.

La música seguía sonando, pero yo estaba atrapado en mis pensamientos. Minho parecía tan feliz, y en ese momento, no podía evitar sentir que había perdido la batalla. Mientras bailaba con Yuna, la realidad me golpeó con fuerza. Estaba en una celebración que nunca imaginé que dolería tanto.

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