Capitulo 8

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Pasaron un par de días y, aunque intentaba distraerme, no podía sacarme de la cabeza lo que Ji-Hyun me había dicho. No era que lo hubiera querido, pero las peleas entre ellos solo empeoraban, como si algo inevitable se estuviera acercando. Minho ya no tenía esa mirada firme y confiada que siempre admiré. Ahora, cada vez que lo veía, su tristeza era palpable. Y eso me hacía sentir peor.

Estaba en la cafetería, aprovechando mi descanso para tomar un café y despejarme, cuando mi teléfono vibró en la mesa. Lo tomé sin mucho interés, pero al ver el nombre de Minho en la pantalla, algo en mi interior se tensó.

Minho >> Escribiendo…

— "Sé que nuestra amistad no ha estado en su mejor momento últimamente."

— "Pero me gustaría verte esta noche, Han."

— "Te invito a cenar al restaurante elegante, el que solíamos ir."

Me quedé mirando el mensaje por un momento, sin saber qué responder. Estaba atrapado entre lo que sentía y lo que sabía que estaba mal. Lo último que quería era ser la sombra que oscureciera aún más su ya complicada relación con Ji-Hyun. Aún así, una parte de mí deseaba desesperadamente estar con él, aunque fuera solo por esa noche.

Levanté la vista del teléfono y, como si me leyera el pensamiento, lo vi. Minho estaba sentado al otro lado de la cafetería, con el celular en la mano, observándome con esos ojos que siempre lograban atravesarme. Parecía como si estuviera intentando descifrar lo que yo sentía en ese instante, como si supiera que no podía dejar de pensar en él.

Mi corazón dio un vuelco. No podía hacer esto. No podía, pero... ¿Qué tal si era la última vez que teníamos algo así? ¿Qué tal si esta era la única oportunidad de estar con él antes de que todo se desmoronara?

Respiré hondo y volví la vista al mensaje. Mis dedos comenzaron a moverse solos.

Han >> Escribiendo...

— "Está bien, te veo a las 8."

Apenas envié el mensaje, sentí una mezcla de alivio y culpa que se arremolinaba en mi estómago. Me preguntaba si estaba haciendo lo correcto, pero parte de mí ya había decidido hacía mucho tiempo que, por Minho, estaba dispuesto a cruzar cualquier línea.
Levante nuevamente mi vista hacia el,y dió una sonrisa de lado.

— Oye lindo! — Se robó mi mirada Yuna. — Quieres ir hoy luego del trabajo a mi departamento? — sonrio de lado y sento junto a mi — Podemos comer algo rico...— coloco su mano en mi brazo y comenzó a acariciarme suavemente — También podemos hacer cosas ricas — hablo en un tono coqueto. Y se fue acercando a mi rostro para besarme.

—La verdad es una propuesta muy tentadora....— le seguí el juego. La verdad pasar tiempo con Yuna era en cierta forma liberante.

La situación se estaba volviendo cada vez más tensa. Podía sentir el peso de la mirada de Minho desde el otro lado de la cafetería, como si su presencia se intensificara con cada segundo que pasaba. Intenté concentrarme en lo que Yuna decía, pero era imposible. Mi mente estaba dividida entre lo que estaba a punto de hacer esa noche con Minho y la cercanía de Yuna en ese preciso momento.

— Oye, ¿me estás escuchando? — Yuna soltó una risita, pero sus ojos estaban llenos de expectativas. — ¿Qué dices, amorcito?

Le sonreí, aunque mi corazón latía desbocado por una razón completamente diferente.

— Claro, amorcito — respondí, siguiéndole el juego. Yuna y yo siempre teníamos esa dinámica juguetona, algo que mantenía las cosas ligeras, sin complicaciones. Pero ahora, con Minho observando todo, la presión aumentaba. Sentí la mano de Yuna deslizarse por mi brazo, lenta y deliberada, buscando una respuesta que ya sabía que no le iba a dar hoy.

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