El aire en las ruinas era aún más denso mientras caminábamos, y aunque la presencia de Gojo a mi lado me daba cierta tranquilidad, sabía que algo aún no estaba bien. Las trampas, las ilusiones, y el habernos separado. Todo estaba demasiado calculado para que fuera solo una coincidencia. Me mantuve pegada a Satoru, tenía miedo de que si lo soltaba nos perderíamos otra vez. Él no dijo nada ante mi comportamiento, esta dinámica era muy nueva entre nosotros.
—Siento su energía cerca —dijo Gojo de repente —. Suguru está cerca, pero... —Percibo la energía de Geto también, pero no es como siempre.
—No es su energía de siempre —completo sus palabras —. Hay algo más.
Ambos nos miramos con seriedad, cualquier rastro de debilidad se había dejado donde encontré a Gojo. Apuramos el paso en dirección a donde sentíamos a Geto, pero el laberinto de túneles seguía cambiando. Un giro a la derecha y nos encontramos con una pared. Volvimos y encontramos otra pared, pero también un pasaje a la izquierda. Así perdimos mucho tiempo, pero no podíamos arriesgar a destruir el lugar. Aunque ganas por parte del albino no faltaron.
—¡Vamos! Un azul nos ahorrará tiempo.
—¡No! No sabemos que exactamente puede pasar. ¿Acaso no aprendiste nada con lo que pasó antes? —Como siempre, hizo un puchero y me ignoró.
Tiré de él y seguimos caminando. Después de lo que parecieron horas de caminar en círculos y enfrentar callejones sin salida, un cambio súbito en la energía nos guió hacia una cámara alta. En el centro estaba Geto parado con la cabeza gacha, tras él había una gran puerta llena de sellos complicadísimos, lo sabía por su energía.
—¡Suguru! —Sostuve con más fuerza la mano de Gojo impidiendo que se acerque al pelinegro.
—Míralo bien.
—Está... bajo influencia de una poderosísima energía maldita. Pero hay algo mal con esa energía.
Suelto su mano y procedo a analizar el lugar. Además de Suguru en transe en medio de la cámara y la puerta llena de sellos, no hay nada digno de prestar atención. El techo es tan alto que la luz de las runas iluminadoras no lo alcanza. El piso es de piedras rústicas, pero bien elaborado. Las columnas alrededor de Geto son de algún material claro, no logro discernir cuál es. Estas están llenas de enredaderas con una flor aquí o allá. Siguiendo las columnas, hay un círculo de runas que tenían un poco de la misma energía del sello de afuera y de las trampas, pero había otra energía. Me acerco a las runas, pero inmediatamente retiré mi mano al sentir como la energía insidiosa trataba de entrar a mi cuerpo. El aire en la cámara estaba cargado, como si la misma piedra susurrara advertencias. Las enredaderas que trepaban por las columnas eran casi negras, sus flores destellaban como llamas fantasmales, y la oscuridad más allá del círculo parecía casi tangible, como si nos vigilara.
—¡No toques las runas! —Atajé la mano de Gojo antes de que llegara a estas —. La energía que estas contienen tratara de entrar a tu cuerpo. Posiblemente eso sea lo que le paso a Geto. ¿Pero de dónde viene?
—De aquella puerta. —Gojo señaló a la puerta llena de runas.
Me acerqué con cautela con el albino tras mío. La puerta a simple vista parece de madera, una oscura como si fuera Yakisugi o madera quemada. Las runas no eran visibles, pero eran tan poderosas y contenían una cantidad tan grande de energía maldita que podía sentir su trazo. Pero aún con lo potente que es, la energía que me daba repelús se filtraba a través del sello.
—¿Tienes idea de lo que está pasando? —Gojo me preguntó inquieto. No lo culpo, Geto está frente a nosotros y no podemos alcanzarlo. Además, el aire se siente siniestro.
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Sempiterno: la princesa del santuario divino [JJK]
FanfictionDespués de vivir en diversos universos, y cumplir su misión en cada uno de ellos, pensó que podría descansar, pero su viaje no tenía fin. Renaciendo una vez más, ahora como la reencarnación de la princesa del santuario divino, debe salvar al mundo d...