Cap 6

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Agradecía la atención de su profesor para bajar de la carroza pues aún se encontraba algo mareada, observó más de cerca a Solly quien se despedía de él con gran aprecio y eso debía significar un buen trato de parte de Snape.

Asintió cuando Snape le dijo usaría su chimenea aunque este no había hecho una pregunta, le fue difícil seguirle el paso en esta ocasión porque iba más rápido que ella gracias a su diferencia de estatura, ella creía que un paso suyo eran dos de ella. Trato de ir a la par lo que provocaba que se fatigara un poco pero lo disimuló el mayor tiempo que pudo, no hizo ni un solo ruido, para ella era obvio que Snape ya quería terminar el día.

Al llegar a su despacho se dirigió a una pequeña pared a un lado de sus libreros a la derecha de su escritorio que en realidad era una puerta camuflada que se dirigía a sus aposentos, Hermione no podía creer que vería aquél lugar donde dormía. Siguió más atenta a su alrededor pero cautelosa para no recibir una reprimenda por entrometida, como él solía decir en el pasado.

La iluminación de la habitación era baja, casi nula, realmente era como una cueva lo que le pareció gracioso, sin embargo la habitación tenía el fuerte olor de su perfume, ese que le resultaba tan familiar pero no podía identificar por completo, ella pudo percibir que al entrar se habían encendido las velas en la pared de la derecha frente a la cama, la cual era espaciosa con cuatro postes de caoba oscura igual que los demás muebles de la habitación; como una mesa de té, un sillón, escritorio, cómoda, ropero y otro librero, las sábanas eran negras satinadas al igual que el cobertor, todo estaba perfectamente limpio y en orden.

Una curiosidad natural en ella le hizo ir a ver los títulos en el librero cuando entonces fue interrumpida por el mago alto quien le ofreció polvos flu y el dedal de oro que le había obsequiado antes.

Tomó un puñado de polvos con su mano derecha desde el recipiente flotante acomodándose obediente cerca de la chimenea mientras recorría la habitación con la mirada, por alguna razón quería grabar bien las imágenes en su memoria hasta que creyendo que eso era todo él le llamó antes de que desapareciera.

Su primer sentimiento era que la reprendería por entrometida al observar todo en la habitación pero no pudo siquiera finalizar el pensamiento ya que las acciones del profesor fue darle un delicado beso tan rápido que no tuvo tiempo de cerrar los ojos, así que pudo observar sus párpados apretados de cerca y también ese apreciar sus largas y tupidas pestañas.

¡Por Morgana!

El pequeño beso provocó un remolino de emociones en ella que nunca había sentido ni con Krum ni con Wesley, las cuales no tuvo tiempo de digerir. Debía concentrarse en Snape quien sólo finalizó el beso algo agitado para tratar de disculparse.

¿Por qué se disculpaba? Ella no quería sus disculpas pero las palabras no le salieron de sus labios sólo atinó a ponerse de puntillas lo más que pudo y apoyarse en el pecho del hombre para alcanzar su boca donde pudo plantar un beso de textura suave y tibia ahora sí con los ojos cerrados.

Apenas duró unos segundos sintiendo sus respiraciones mezclarse aunque ella creía que al contrario de inhalar aire todo el oxígeno alrededor se había marchado dejándole sólo esa inundación de ese aliento mentolado que parecían alargarse más por el gusto de tenerlo tan cerca a ella. Así que cuando bajó sus talones al suelo a la vez que empujaba despacio y delicadamente a Snape lejos de la chimenea, tragó saliva y le dejó escuchar un cortante:

—Buenas noches, Profesor Snape —miraba directo a sus ojos a la vez que derramaba los polvos flu en el suelo y así desaparecer inevitablemente entre grandes llamaradas verdes.

Su voz para Snape fue lenta y casi un susurro de complicidad como quien no deseaba dejar de estar delante de él.

—Severus —Snape escuchó una voz curiosa asomarse hasta sus habitaciones y volteó a ver quién era justo cuando ella desapareció en ese sonido característico de llamaradas. Por alguna razón las sensaciones en su cuerpo eran grandiosas pero su estado físico estaba lastimado. Él jamás hubiera esperado que respondiera sin pensarlo, su mirada castaña jamás le mostró duda o inconveniente.

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⏰ Última actualización: Oct 24 ⏰

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