🥊10🥼

71 24 2
                                    

Después de un mes largo y agotador de entrenamiento estricto, el día de la gran pelea finalmente había llegado. Los gritos entusiastas del público resonaban por todo el recinto, electrizando el ambiente. La emoción de presenciar a dos boxeadores invictos luchando por el título, por la gloria, por el reconocimiento, se sentía en cada rincón del lugar. Para muchos, hoy sería una jornada histórica, un antes y un después en la carrera de ambos contendientes. Pero dentro del equipo de Jungkook, había un problema que iba creciendo minuto a minuto.

-¿Dónde está Jungkook? -gruñó Yoongi con evidente molestia, su voz era dura mientras clavaba la mirada en TN. Ella, tan desconcertada como él, sacudió la cabeza en señal de desconocimiento.

-Hablé con él antes de venir aquí. Me dijo que debía resolver un asunto rápido y que nos veríamos aquí. No me dio más detalles-respondió, con su tono cargado de preocupación. Las manos le temblaban levemente, una señal de que la tensión estaba empezando a calar hondo. Jungkook nunca llegaba tarde a una pelea, mucho menos a una de esta magnitud. Había algo fuera de lugar, algo que los estaba sobrepasando.

Yoongi apretó los puños y maldijo por lo bajo, sintiendo cómo la frustración crecía en su interior. Tomó su teléfono y marcó el número de su hermano por décima vez. El sonido del contestador le respondió, una vez más. Era un eco irritante, que parecía molestarlo cada vez más.

-Maldito mocoso, ¿dónde andas metido? -masculló entre dientes, su mandíbula tensa, su mirada endurecida. Cada segundo que pasaba sin noticias de Jungkook lo hacía sentirse más impotente, ansioso y preocupado, y eso era algo que Yoongi odiaba con todo su ser. Él siempre estaba al mando, siempre tenía el control. Pero ahora...

Jimin, que había estado observando en silencio, decidió intervenir antes de que la tensión estallara.

-Bombón, creo que deberías calmarte-dijo en un tono suave, tratando de aliviar la creciente ira de Yoongi-. Estoy seguro de que Jungkook llegará. Tal vez se retrasó un poco en lo que sea que tenía que hacer. No te preocupes demasiado. -Miró a TN en busca de apoyo.

TN asintió lentamente, levantándose del banco donde había estado sentada, sintiendo la presión en el ambiente. Caminó hacia Yoongi, que parecía atrapado en su propia frustración, y se colocó frente a él, mirándolo con seriedad, pero llena de confianza.

-Jungkook nunca te ha fallado antes, y nunca ha dejado nada a medias, mucho menos algo que es tan importante para él-dijo con firmeza, su voz clara y decidida-. Como dice Jimin, tal vez se retrasó, pero confía en él. Sabes que esto significa el mundo para él, tanto como para ti.

Yoongi miró los ojos de TN, buscando alguna fisura en sus palabras, pero no la encontró. Sabía que tenía razón. Jungkook nunca había fallado, nunca. Pero aún así, algo en su pecho le decía que las cosas no estaban del todo bien. Había una inquietud que no podía sacudirse, una sensación de que algo oscuro acechaba justo fuera de su vista.

-Tienes razón... pero aún así, creo que debería ir a buscarlo, no me siento cómodo solo esperando aquí.

Justo cuando Yoongi estaba a punto de moverse, la puerta del vestuario se abrió de golpe, revelando a un Jungkook visiblemente agitado, con el cabello desordenado y el rostro ligeramente enrojecido. Respiraba con dificultad, como si hubiera corrido todo el camino hasta allí.

-No será necesario-dijo entre jadeos-, ya estoy aquí.

El alivio fue inmediato. Todo el equipo soltó suspiros de alivio y se acercaron rápidamente para abrazarlo y darle palmadas en la espalda. TN y Jimin también se unieron a los abrazos, aunque no sin regañarlo por haberlos hecho preocuparse tanto. Parecía que todo volvía a la normalidad, pero había una persona que no se movió ni un centímetro.

Rounds of Love | JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora