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El rugido del público era ensordecedor, las luces cegadoras del estadio iluminaban el cuadrilátero donde Jeon Jungkook se encontraba frente a su oponente, un imponente peleador tailandés llamado Thanom. Los músculos de Jeon estaban tensos, su respiración controlada, pero cualquiera podía ver en su mirada la feroz determinación que lo había llevado hasta este punto del torneo.

— ¡Vamos, Jungkook! ¡Destroza a ese tipo! —gritó TN desde un costado, su voz apenas audible entre la multitud. Estaba justo en su lugar habitual, cerca de su equipo, observando cada movimiento del peleador como si cada golpe le afectara a ella también.

El campanazo inicial resonó y el tailandés atacó con una velocidad que pocos esperaban. Un directo al rostro de Jungkook lo tomó por sorpresa, haciéndolo retroceder un par de pasos. La esquina de TN se crispó, pero ella sabía mejor que nadie que Jungkook no se rendía fácilmente.

El combate avanzaba con una intensidad brutal. Thanom era rápido, ágil, y sus patadas eran temidas en todo el circuito, pero Jungkook se mantenía firme. Sin embargo, durante el segundo round, un golpe certero en las costillas lo hizo tambalear. Por un momento, todo pareció detenerse.

—¡Jungkook, concéntrate! —gritó Yoongi, su hermano y entrenador, quien no había perdido de vista ningún golpe del oponente.

— ¡Dale con todo, Kookie! —Imitó la castaña, con el corazón en la garganta. Su preocupación era evidente, pero también sabía que debía confiar en él.

Jungkook respiró hondo, ajustó su guardia, y, aunque se veía en desventaja, sus ojos se encontraron con los de TN y luego con los de su hermano, quien le dio un leve asentimiento. Ese breve instante pareció recordarle por qué estaba allí, por qué había llegado tan lejos. Su cuerpo dolía, pero su espíritu no estaba roto.

El tercer round comenzó, y Jungkook cambió de táctica. Esquivó una serie de golpes de Thanom con precisión, y, cuando menos lo esperaban, lanzó un gancho de derecha directo al mentón de su oponente. Thanom cayó al suelo.

El árbitro comenzó a contar. 1... 2... 3...

TN casi no respiraba, sus ojos fijos en la escena. 7... 8... Thanom intentó levantarse, pero sus piernas no respondían. 9... 10. El estadio estalló en gritos y aplausos. Jungkook había ganado.

—Eso era todo —murmuró Yoongi con orgullo, antes de ayudar a TN a subir al ring. Luego, él mismo se unió, corriendo hacia su hermano para levantarlo en un abrazo lleno de emoción.

Todo el esfuerzo de semanas de entrenamiento había dado sus frutos en esta pelea. El estruendo del público resonaba en sus oídos, y saber que Jungkook se estaba consolidando como uno de los favoritos para ser el mejor peleador de su generación solo aumentaba la satisfacción de Yoongi. Su hermanito había trabajado duro, y esta victoria era el primer paso para demostrar que era capaz de conquistar el título.

TN observaba la escena desde un rincón, incapaz de borrar la sonrisa de su rostro. Ver a su mejor amigo ser alzado por su equipo y por Yoongi, celebrando la victoria, la llenaba de felicidad. Desde el momento en que comenzó la pelea, TN sabía que Jungkook ganaría. No había estado presente en todos sus entrenamientos, pero lo poco que había visto le bastaba para entender que estaba más que preparado. Sabía que su "estrella" brillaría esa noche, y no se había equivocado.

Cuando finalmente bajaron al luchador del hombro de su hermano, Jungkook, con una enorme sonrisa, abrió los brazos hacia la castaña, quien lo miró con una mueca divertida al notar cómo el sudor cubría todo su cuerpo.

—Ni lo pienses, estás empapado —dijo con tono juguetón, pero su amigo solo rió.

Con una señal, Jungkook llamó a su aguatero, quien entendió al instante lo que debía hacer. Sin previo aviso, vació una botella de agua sobre la cabeza del peleador, que se sacudió, ahora más empapado que antes. Jungkook volvió a abrir los brazos, todavía sonriendo.

Rounds of Love | JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora