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Después de su descanso, Jungkook finalmente había vuelto al gimnasio para retomar sus entrenamientos, preparándose para la gran pelea que se acercaba cada vez más. El ambiente en el gimnasio cambió en cuanto cruzó la puerta. Todo su equipo se mostró emocionado al verlo. Había pasado la mayor parte de su tiempo en casa de TN, concentrado en su rehabilitación bajo su supervisión, y aunque esa pausa había sido necesaria, todos estaban ansiosos por verlo de nuevo en acción.

— ¡Jungkook! —gritó Taehyung con entusiasmo, sus ojos brillando de manera exagerada, como si fuera a llorar de la emoción. Antes de que Jungkook pudiera siquiera saludar, Taehyung lo envolvió en un abrazo tan fuerte que casi lo derriba, sin el más mínimo cuidado por su hombro en recuperación.

—¡Oye mocoso, ten cuidado! —regañó Jin desde el otro lado del gimnasio, sacudiendo la cabeza con desaprobación—. No es momento para más lesiones.

Jungkook soltó una risa leve, acostumbrado ya a la energía desbordante de Tae, aunque secretamente le agradecía a Jin por haberlo regañado. Los demás lo saludaron con una calidez más mesurada, pero la emoción por tenerlo de vuelta era imposible de ocultar. El ambiente estaba cargado de expectativa y apoyo hacia él, y eso lo motivaba aún más.

Ahora, bajo la intensa mirada de su hermano, Jungkook se encontraba en el suelo haciendo abdominales. La precisión con la que contaba cada repetición dejaba claro que estaba cumpliendo su promesa de hacerle el entrenamiento más exigente. Yoongi no iba a dejarle espacio para relajarse ni un segundo. Sabía que lo hacía por su bien, para que estuviera en la mejor forma posible para la pelea. Cada palabra de su hermano era como una orden, y desde que volvieron a los entrenamientos, Jungkook no había hecho más que seguirlas al pie de la letra.

—Ciento cincuenta —contó el mayor en voz alta, terminando la serie—. Sube al ring y prepárate, vamos a ver qué tal están tus reflejos.

—Sí —fue todo lo que dijo mientras se levantaba rápidamente de la colchoneta. No necesitaba más motivación.

Subió al ring con pasos firmes, directo hacia donde estaban los guantes de boxeo. Se los puso con agilidad, sus manos moviéndose con naturalidad como si fueran una extensión de su propio cuerpo. Era un gesto que había repetido tantas veces que ya era automático. Al mirar hacia Yoongi, vio cómo este se colocaba sus propios guantes con calma, su mirada fija en él, analizando cada movimiento.

—Bien, hagamos esto —dijo Yoongi, con ese tono de seriedad que lo caracterizaba cuando entrenaban.

Ambos tomaron posiciones, y Jungkook se preparó mentalmente para lo que estaba por venir. Sabía que Yoongi no se lo iba a poner fácil. Los primeros golpes vinieron rápido, pero él estaba listo. Se movía con precisión, esquivando los ataques de su hermano con movimientos calculados. Sus reflejos estaban afinados, y cada vez que Yoongi lanzaba un golpe, él ya estaba un paso adelante, esquivándolo con fluidez.

Los primeros minutos pasaron sin problemas. Jungkook podía sentir cómo su cuerpo respondía de manera perfecta, ágil y fuerte. La confianza en sus habilidades le daba un impulso adicional. Yoongi, aunque nunca lo admitiera en voz alta, parecía satisfecho con lo que veía. Los golpes iban aumentando en velocidad e intensidad, pero Jungkook seguía esquivándolos con la misma destreza.

Sin embargo, de repente, mientras evitaba otro golpe, su mente vagó inesperadamente hacia otro lugar. TN había estado actuando extraña durante los últimos días, más callada de lo normal. Esa frialdad y distancia que había percibido comenzaban a carcomerlo por dentro. ¿Qué era lo que la preocupaba tanto? ¿Estaba cansada? ¿Era algo más? Su mente se llenó de preguntas sin respuesta, y por un breve segundo, perdió el enfoque.

Ese segundo fue todo lo que Yoongi necesitó.

Antes de que pudiera reaccionar, un golpe directo impactó contra su rostro, sacándolo de su distracción de manera abrupta. El dolor recorrió su mejilla, despertándolo de sus pensamientos. Jungkook tambaleó por el golpe, llevándose una mano al rostro, sorprendido por lo fácil que había caído en la trampa de su propia mente.

Rounds of Love | JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora