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“EL PUNTO DE NO RETORNO”

CINCO HARGREEVES:

El eco de las palabras del director todavía resonaba en mi cabeza mientras caminaba por los pasillos. Cada paso que daba parecía arrastrar un peso invisible que antes no había sentido con tanta intensidad. "Me doy cuenta de lo que está pasando, Hargreeves," había dicho con una voz cargada de insinuaciones. Había negado todo, claro. Me escudé en el profesionalismo, en los límites, en la imagen que se esperaba de mí. Y él había sonreído con esa suficiencia que me hizo sentir que no había sido lo suficientemente convincente.

Al día siguiente, todo había cambiado.

Evadí los momentos en que sabía que la vería, mantuve una distancia que no había tenido desde que nuestros caminos comenzaron a enredarse. A cada segundo me repetía que así era mejor, que lo más sensato era alejarme antes de que todo se desmoronara de una forma irreversible. Olivia no lo entendería... o tal vez lo haría, pero no por eso sería más fácil para ninguno de los dos.

La vi, en el corredor, con la mirada fija en mí. Sabía que algo en mí había cambiado, que mi distancia no pasaba desapercibida. Su expresión lo decía todo, pero no podía permitirme detenerme, no cuando ella era la razón por la que me estaba debatiendo internamente.

La hora del almuerzo llegó y me refugié en mi oficina, alejándome de las miradas que, de repente, parecían demasiado inquisitivas. Me senté tras el escritorio, observando la pluma entre mis dedos mientras mi mente vagaba entre razones lógicas y el caos emocional que Olivia había traído consigo.

El sonido de la puerta al abrirse me sacó de mis pensamientos. No necesitaba mirar para saber que era ella.

—Tenemos que hablar —su voz sonó firme, aunque pude percibir la vulnerabilidad oculta bajo su determinación.

Levanté la mirada lentamente, encontrándome con esos ojos que, desde hace algún tiempo, habían comenzado a desarmar mis defensas.

—Señorita Lifton, no es un buen momento —mi tono fue cortante, deliberadamente frío.

Ella cerró la puerta detrás de sí y avanzó hacia mí con una determinación que no había anticipado. Mis intentos de apartarme emocionalmente parecían no tener el menor impacto en su decisión de enfrentarme.

—¿Por qué me estás evitando? —preguntó, sin rodeos, como si ya no tuviera paciencia para los juegos o las mentiras piadosas.

—No te estoy evitando —mentí, y lo supo.

Olivia cruzó los brazos, entrecerrando los ojos.

—¿Es por lo que pasó ayer con el director? —insistió, dando un paso más cerca de mí. Siempre tan perceptiva...

Suspiré, sabiendo que no tenía sentido negarlo. No con ella.

—El director cree que hay algo entre nosotros —dije, manteniendo la voz neutral—. Le dije que no era cierto, pero tenemos que ser más cuidadosos, Olivia. Esto... lo nuestro... no puede seguir así.

Esperaba que mis palabras la frenaran, que la lógica se impusiera sobre lo demás. Pero, en lugar de retroceder, ella dio otro paso más hacia mí.

—¿Más cuidadosos? —repitió, como si la idea le pareciera ridícula—. ¿O simplemente alejarte de mí?

No respondí de inmediato. Sabía que no había respuesta que la satisficiera. Todo esto se había salido de control, y la única manera de retomarlo era distanciarnos. Era lo correcto.

—Es lo mejor para ambos —dije finalmente, sabiendo que mis palabras eran vacías, incluso para mí.

Pero lo que pasó después fue algo que nunca hubiera anticipado.

THEACHER'S PET [CINCO HARGREEVES]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora