THEACHER'S PET [CINCO HARGREEVES]

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“EL PASADO ROTO”

OLIVIA LIFTON:

La tarde avanzaba lentamente, y yo me encontraba sentada frente a Cinco, en la vieja sala de clases vacía que habíamos convertido en nuestro refugio. A pesar de que estábamos solos, algo en el aire parecía más denso, como si una verdad, una que jamás imaginé, estuviera a punto de ser revelada.

Mi mirada recorría su rostro, buscando una pista, una señal de lo que estaba a punto de suceder. Los últimos días con él habían sido… intensos, y no solo por las constantes emociones entre nosotros, sino por la forma en que él parecía alejarse, como si estuviera atrapado entre lo que quería y lo que no podía compartir. Siempre supe que Cinco llevaba algo dentro, un peso tan grande que le costaba dejarlo salir, pero nunca imaginé que sería tan… extraño.

Él estaba de pie junto a la ventana, mirando hacia el atardecer con una expresión distante. Tenía esa costumbre, de quedarse en silencio, como si las palabras no pudieran alcanzarlo. Yo había aprendido a esperar. Sabía que, tarde o temprano, él abriría la puerta a su mundo interior.

—Olivia… —Su voz me sacó de mis pensamientos, y mi corazón dio un vuelco. Lo miré, viendo esa seriedad que no solía mostrar. —Hay algo que necesitas saber, algo importante… sobre mí.

Me sentí como si el tiempo hubiera dejado de moverse. Mi respiración se aceleró, y mi mente comenzó a hacer conjeturas. No era la primera vez que me sorprendía con algo inesperado, pero esta vez, algo me decía que lo que iba a escuchar cambiaría las cosas entre nosotros para siempre.

Me levanté de la silla, acercándome a él, aunque mi cuerpo seguía siendo cauteloso. A veces, sus palabras me arrastraban a un lugar donde no quería estar. Y sabía que esta vez no sería diferente.

—¿Qué es lo que pasa, Cinco? —le pregunté, intentando mantener la calma, aunque mi voz temblaba un poco. Él dio un paso hacia mí, sin dejar de mirarme, y respiró profundamente antes de hablar.

—Es sobre... Mi vida... Escucha, mi vida, mi familia, mi círculo es bastante inestable —comenzó, y esas simples palabras me hicieron sentir como si me hubiera golpeado un rayo. —No tuve una vida nada común... Nada normal, ni mis hermanos...

Lo miré confundida.

—Soy uno de los siete niños adoptados por un hombre llamado Sir Reginald Hargreeves. Un millonario excéntrico que nos tomó de diferentes partes del mundo cuando éramos apenas unos niños —su voz era grave, casi como si recitara una historia que le había costado mucho contar. —Nos entrenó, nos educó, pero a su manera... Así formó la academia umbrella, porque esos bebés que adopto en el 89, eran especiales... Tenían habilidades... A cada uno de nosotros le dio un número. Y yo fui el cinco.

La revelación me dejó sin palabras, y mi mente comenzó a divagar. ¿Cinco había sido parte de algo tan… raro? ¿Un experimento o un proyecto de un hombre tan misterioso? Quería preguntar más, pero algo en su expresión me hizo callar, como si él mismo luchara por encontrar las palabras.

—Viví con ellos, con los demás chicos. Los siete éramos… hermanos, de alguna manera. Pero no eramos una familia común, Olivia —sus ojos se llenaron de una tristeza que no pude comprender por completo. —El hombre que nos adoptó tenía sus propios planes. No solo éramos su familia… éramos parte de un proyecto mucho más grande.

A medida que hablaba, mi mente intentaba procesar las palabras, pero todo parecía tan surrealista, tan alejado de la realidad que conocía, que me sentí como si me estuviera ahogando en una historia que no podía comprender. ¿Cinco había tenido una vida tan extraña, tan fuera de lo común?