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“GUERRA DE CELOS”

CINCO HARGREEVES:

Las risas de Emily resonaban en la silenciosa biblioteca. Había pedido ayuda con una tarea de literatura, pero cada vez que intentaba explicarle, desviaba la conversación, entre risitas y miradas que me hacían sentir incómodo. Aunque trataba de mantener la distancia, su mano rozaba la mía con demasiada frecuencia.

—¿Me podrías repetir eso? Creo que me perdí un poco en tus palabras  —dice, inclinándose hacia mí. Sus dedos vuelven a tocar mi brazo, y de reojo noto cómo me observa, evaluándome, casi desafiándome.

Justo en ese momento, una figura familiar aparece al final del pasillo. Olivia. Solo su presencia me cambia el pulso, y aunque trato de no mirarla demasiado, puedo ver la intensidad en sus ojos mientras nos observa desde la distancia. Su mandíbula está apretada, y la forma en que clava la vista en Emily es como una pequeña tormenta a punto de estallar.

Me aclaro la garganta y bajo la mirada, fingiendo concentración en el libro frente a mí. Pero sé que Olivia no se irá así como así. Y la confirmación no tarda en llegar.

—Señor Hargreeves, ¿me ayudaría un momento?— La voz de Olivia suena controlada, casi profesional, pero la noto tensa. La conozco lo suficiente para saber que algo la incomoda, y aunque la situación exige que mantenga la calma, no puedo evitar sentir una especie de orgullo por despertar ese tipo de emociones en ella.

Levanto la vista, y me encuentro con su mirada desafiante. Podría decirle que espere, que estoy en medio de una tutoría, pero no tengo intención de ignorarla. Asiento, cerrando el libro y dirigiéndome a Emily.

—Lo siento, Emily, esto no me llevará mucho tiempo. — Le doy una sonrisa educada y me levanto, dejando a Emily con una expresión de sorpresa en el rostro. Camino hacia Olivia, consciente de la forma en que sus ojos me siguen, y en cuanto estamos lo suficientemente lejos de Emily, su máscara se desmorona un poco.

—¿Te diviertes mucho con tus alumnas? — susurra, cruzándose de brazos, mirándome con un brillo intenso en los ojos.

Mi ceño se frunce de inmediato, a la vez que una sonrisa se dibuja en mis labios. Su reacción me intriga, y la situación, aunque peligrosa, es emocionante. La acerco un poco más hacia la estantería, asegurándome de que no estamos a la vista de nadie.

—¿Celosa, señorita Lifton? — susurro, bajando la voz mientras nuestras miradas se encuentran. El fuego en sus ojos me provoca, y no puedo evitar sentir cómo mi autocontrol flaquea.

Ella abre la boca, sin palabras por un instante, pero se recompone rápidamente.

—No sea tan engreído, Señor Hargreeves. Solo me pareció... interesante verte tan 'cercano' a ella —susurra con un toque de sarcasmo, pero en su mirada hay más de lo que dice.

Su intensidad es casi una declaración de guerra, y mi autocontrol está al límite. Inclino la cabeza hacia ella, sin tocarla, pero tan cerca que nuestras respiraciones se mezclan.

—No tienes nada de qué preocuparte —le murmuro, y la dejo ahí, conteniendo su rabia y deseo, volviendo hacia Emily sin poder evitar esa sensación de satisfacción por haber despertado algo tan profundo en Olivia.

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La cafetería está llena de risas y conversaciones animadas, un caos encantador que suele aliviar mi mente después de una larga mañana. Hoy, sin embargo, mis pensamientos están centrados en Olivia. Desde que discutimos en la biblioteca, no he podido dejar de pensar en ella, en cómo su mirada ardía con celos y desafío.

THEACHER'S PET [CINCO HARGREEVES]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora