THEACHER'S PET [CINCO HARGREEVES]

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"BAJO PIEL Y PAPEL"

Advertencia: Este capitulo tiene contenido sexual. Leer bajo su responsabilidad.

OLIVIA LIFTON:

La puerta de la oficina del señor Hargreeves se cerró tras de mí con un leve clic, pero el sonido pareció retumbar en mi pecho como un eco ensordecedor. Sabía que no debía estar allí, que era una locura, pero la sensación de lo prohibido, de desafiar todo lo que nos decían que era incorrecto, me hacía sentir viva como nunca antes. El aire era pesado, cargado de una tensión palpable que se había ido acumulando desde que nuestras miradas se encontraron en el pasillo, y supe que no había vuelta atrás.

Él estaba allí, de pie, mirándome con esos ojos oscuros que parecían desnudarme, y mi corazón se aceleró al ver el leve destello de deseo que trataba de ocultar detrás de una fachada de autocontrol. Durante semanas habíamos jugado este juego peligroso, acercándonos y alejándonos, cada vez más al borde de algo que ambos sabíamos que no podíamos contener por mucho tiempo más. Pero hoy era diferente. Hoy no había nadie alrededor para interrumpirnos, para recordarnos que esto estaba mal. Solo estábamos nosotros dos, y el fuego que ardía entre nosotros.

-¿Sabes que esto está mal? -dijo, con la voz baja y ronca, mientras avanzaba lentamente hacia mí. Cada paso que daba me dejaba sin aliento, como si me estuviera consumiendo con cada movimiento.

-¿Te importa? -Me sorprendí de lo firme que sonaba mi voz, aunque por dentro estaba temblando. Estaba jugando con fuego y lo sabía, pero no podía detenerme. Me acerqué un poco más, sintiendo su presencia como una ola que amenazaba con arrastrarme. -Porque a mí no.

No sé si fueron mis palabras o la forma en que las dije, pero vi cómo su máscara se desmoronaba, cómo la lucha interna en su mirada se rendía ante el deseo que nos había estado torturando a ambos. Sus ojos se oscurecieron, su respiración se volvió más pesada, y supe que había cruzado una línea de la que no habría retorno. -No, supongo que no...

Antes de que pudiera decir algo más, sus labios se estrellaron contra los míos, atrapándome en un beso que no tenía nada de delicado ni de controlado. Fue hambriento, desesperado, como si estuviera liberando semanas de tensión contenida en un solo gesto. Mis manos encontraron su camino hacia su cabello, tirando suavemente, queriendo acercarlo aún más. Sentí sus manos en mi cintura, apretando como si temiera que pudiera escaparme, como si quisiera asegurarse de que yo estaba allí, real, entre sus brazos.

El sabor de sus labios, la forma en que se movían contra los míos, todo era demasiado. Sabía que debería detenernos, que alguien podía pasar por el pasillo y escucharlo todo en cualquier momento, que había mil razones por las cuales esto era una locura, pero no me importaba. Quería más, lo quería a él, y por primera vez en mucho tiempo, estaba dispuesta a olvidarme de todo lo demás.

Sus manos recorrieron mi espalda, bajando lentamente, y un escalofrío recorrió mi piel. La forma en que me tocaba era como si estuviera explorando un territorio desconocido, descubriendo cada rincón con la misma fascinación que alguien que acaba de encontrar algo precioso. Cuando llegamos al borde del escritorio, me empujó suavemente hacia atrás, y sentí el borde frío presionando contra mi piel, un contraste que solo avivó el fuego que ardía dentro de mí.

-Dime que quieres esto... -su voz era un susurro ronco contra mis labios, su respiración caliente acariciando mi piel -Dímelo, Olivia...

Lo miré a los ojos, y en ese momento no había dudas en mi mente. -Te quiero a ti..

Y eso fue todo lo que necesitó para que la última barrera se derrumbara. Sus labios volvieron a encontrar los míos, pero esta vez el beso fue diferente. Todavía había urgencia, pero también había algo más profundo, algo que parecía decir que esto no era solo un impulso momentáneo. Sus manos recorrieron mi cuerpo con una desesperación contenida, como si estuviera tratando de memorizar cada centímetro, cada curva, antes de que el mundo se interpusiera nuevamente entre nosotros.