Epílogo

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Estoy en la semana número ocho. Todavía me estoy recuperando pero me siento maravillosamente bien.

Recuerdo el día que salí del hospital, todo el mundo me recibió con un abrazo y muchas lágrimas, fue algo hermoso, aún no me lo podía creer.

Mi padre me había dicho que tuve un accidente grave y mi coma duró casi un año entero. Un año entero soñando lo que yo creía era una realidad con zombies al rededor.

Madre mia, debía tener imaginación.

Ahora mismo me encontraba sentada en la acera de mi casa viendo como mis vecinos hacían de las suyas, cada uno en su vida, ajeno a mi presencia.

Ultimamente he estado apreciando cada pequeño detalle de la vida, paraba en mitad de una plaza a ver como los niños jugaban y cosas del estilo, tenía la sensación de que pronto ya no podría ver aquello nunca más, y luego me repetía que solo fue un coma, un estúpido sueño... hermoso sueño.

Carl... he estado escribiendo de él, un par de historias acerca nuestro, de nuestro pequeño romance. Y Rick, aún no lo conozco. Pero se que en algún lugar del mundo la familia Grimes existe y solo espero algún día conocerla.

Suspire y cerré los ojos sintiendo la brisa de verano chocar en mi rostro.

Podría decir que mi historia tiene final feliz, después de todo tengo a la gente que amo a mi lado y esta vez sí que no las perdería de vista.

— Cris ven a comer. —habló mi madre.

Me levanté sin ganas y caminé dentro de la casa, me senté en mi lugar y comencé a cortar la carne de mi plato.

— Dicen que nuevos vecinos se mudaran a nuestro lado. —anunció ella con una sonrisa— Una familia de tres, tienen un hijo de tu edad.

Reí.

— ¿Y qué pasará con los Kellys?

— Se irán a vivir a Londres.

Asentí.

— ¿Sabes cómo se llama la familia?

— No, aún no, solo se que el hombre es policía y que lo contrataron para trabajar con tu padre. —rodó los ojos, mi madre odiaba el empleo de mi padre, decía que era riesgoso.

— ¿Sí?

— Ajá, tu padre me habló de él, parece ser buena gente, creo que se llamaba... —paró un segundo para recordar su nombre— ¿Rick? Rick Grimes creo.

Escupi la comida y la miré atónita.

— ¿Qué?

El ruido de un motor nos llamó la atención, corrimos hasta la ventana y miramos la calle, era un camión de mudanzas y de él salía un chico de pelo negro azabache algo largo.

The Walking Dead IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora