CAPITULO 25

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Pov Jimin.

Jungkook preparó una tortilla sencilla con queso derretido, espinacas y tomates.

También hizo beicon hasta dejarlo tostado al punto; se deshacía en la boca.

Quizá me lo quede.

Sabe cocinar.

-¿A qué hora tenemos que recoger a Sunny? -preguntó entre bocados.

Me sorprendió su pregunta.

-¿«Tenemos»?

-¿No te parece bien?

Parpadeé varias veces.

-Solo pensaba que querrías descansar el domingo.

-¿Y no puedo hacerlo con vosotros dos?

Sí, podía.

-A mediodía. Vamos a recogerla para almorzar.

Miró al reloj, y eran casi las nueve.

Habíamos dormido hasta las siete y media, lo más tarde que había dormido en siglos.

-Bien.

-¿Bien?

Él asintió y me sonrió.

-Eso significa que tenemos tiempo para otra ronda.

Le devolví la sonrisa, con el corazón lleno y contento por primera vez en años, si alguna vez lo había estado.

-Si no recuerdo mal, eran siete. Solo conté cinco anoche.

Los ojos se le oscurecieron, y sacó la lengua para humedecerse los labios.

-Parece que tengo que esforzarme más.

Casi no podía caminar de los orgasmos alucinantes que me había provocado.

La verdad era que no estaba seguro de estar a la altura del reto que acababa de lanzar.

Se limpió la boca antes de darle un trago al zumo de naranja.

Sin avisar, se metió debajo de la mesa.

Me agarró de las rodillas y me separó los muslos.

Tomé aire con fuerza y se me pusieron los ojos como platos al observarlo.

Sin mediar palabra, me desabotonó la camisa que llevaba puesta, la suya.

Sus dedos me acariciaron el pezón y tiraron ligeramente del piercing.

Se me escapó un gemido, que pronto se convirtió en un chillido.

En un instante, se puso mis piernas sobre los hombros y me rodeo mi miembro con su boca.

-Joder -gruñí.

Imparable e inflexible, hizo que mi mente se quedara en blanco y solo sintiera placer.

Me comió como si estuviera hambriento y, en cuestión de unos instantes, le estaba agarrando el pelo y apretándolo con más fuerza contra mi cuerpo mientras mis músculos temblaban al correrme.

Era una masa de músculos gelatinosos cuando me deslicé para tumbarme sobre la banqueta.

Él se rio contra mi miembro y me dio una lamida larga antes de besarme la cara interna del muslo.

Me dio un golpecito en el miembro que me hizo dar un respingo.

-Ya van seis. El número siete lo conseguiré en la ducha.

-Tú... tú...

-¿Eres genial? ¿Fantástico? ¿El mejor amante que has tenido o que pudieras soñar?

😳Casual Encounter👣||Kookmin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora