CAPITULO 19

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Pov Jimin.

El tráfico había disminuido, había acortado lo que sabía que iba a ser un viaje más largo y me había dejado con menos tiempo para disfrutar del aroma especiado que llenaba el pequeño espacio del coche, el tipo de aroma que hacía que quisiera frotarme contra él.

Había podido controlarme en la oficina, pero estar tan cerca, viendo su mano sobre la palanca de cambios, me hacía difícil no saltar sobre su regazo y estamparle un beso.

O ponerle la mano en el paquete para ponerlo duro.

Se suponía que esos pensamientos no debían cruzar por mi mente, pero no podía parar.

-Yo vivo aquí -dije, señalando hacia un edificio de ladrillo de cinco plantas en el que una pizzería que se autoproclamaba como la mejor, una lavandería y un restaurante de sushi ocupaban la planta baja.

Había que reconocer que su pizza estaba muy buena.

Incluso mejor cuando comías las sobras después de una noche de borrachera.

-¿Cuál es? -preguntó, al detenerse en un hueco en el bordillo.

-No sé si debería contártelo. Puede que se te ocurra asomarte en mitad de la noche y aprovecharte de mí.

Se humedeció los labios con la punta de la lengua y sonrió.

-No sé de dónde te has sacado esa idea, pero suena de puta madre.

Ese mínimo movimiento demostró que era superior a mis fuerzas.

Lo agarré del cuello y lo besé.

Fue instintivo, y pude verla sorpresa en sus ojos antes de que los cerrara.

Ambos soltamos un pequeño gemido cuando nuestras lenguas se tocaron.

En el momento en que me deslizó la mano por la espalda, me aparté.

Íbamos demasiado rápido, y ni de coña podía invitarlo a subir.

-Si eres un buen chico, puede que te lo diga algún día.

-Provocador. Sabes que podría llamar a todas las puertas hasta encontrarte.

Le creí.

-Paciencia, señor Jeon. Las cosas buenas se hacen esperar.

-Si son tus labios en mi polla, seré el mejor chico de la oficina.

-Sigue soñando -contesté, guiñándole un ojo antes de salir del coche-. Eso solo lo consiguen los novios.

-Ocurrirá. Serás mío.

El corazón comenzó a latirme a mil por hora ante la determinación que había en sus palabras.

-Buenas noches, Jungkook.

Él me sonrió.

-Hasta luego, precioso.

Todo mi cuerpo parecía recargado, y lo eché de menos en cuanto se fue acelerando.

Me cosquilleaban los labios, y no podía dejar de sonreír cuando entré en mi edificio.

Era perseverante, lo cual me gustaba, pero el corazón me dolía cada vez que pensaba que iba a salir corriendo a toda prisa en cuando supiera lo de Sunny.

Después de recoger mi correo, corrí a la segunda planta y llamé a la puerta del apartamento número uno.

Unos momentos más tarde, la puerta se abrió y me recibió una dulce sonrisa.

-Jimin. Madre mía, te han hecho trabajar hasta el agotamiento esta noche.

-Es verdad. Muchas gracias por ayudarme hoy -dije mientras entraba, buscando con la mirada a mi cosita.

😳Casual Encounter👣||Kookmin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora