CAPITULO 17

15 2 0
                                    

Pov Jimin.

El domingo fue un completo desastre.

Sunny pasó la mayor parte de la noche gritando, y yo me la pasé negociando con la banshee que tenía brazos y que, probablemente, no entendía ni jota de lo que decía para tratar de calmarla.

Por suerte, el viejo edificio tenía unas paredes gruesas de ladrillo, pero sabía que su angustia podía colarse bajo la puerta de entrada.

Solo recé para que no molestase demasiado a los vecinos.

Los dos nos pasamos el día dormitando en el sofá y, cuando llegó la tarde, la Sunny feliz estaba de vuelta.

—Me alegro tanto de que estés de buen humor… —le dije, mirando cómo jugaba en el suelo—. ¿Pero puedes dormir esta noche para que no esté muerto mañana cuando vea a Jungkook?

Hasta que pronuncié su nombre no me di cuenta de lo que acababa de hacer.

Lo había llamado, durante mucho tiempo, solo Jeon.

Era formal, improvisado, sin ataduras personales.

Pero Jungkook…

Era informal, amigable, y denotaba un registro completamente distinto de familiaridad.

Él me gustaba.

Un montón, para mi sorpresa.

Y lo había hecho enfadar tanto que no estaba seguro de que pudiera volver a comportarse como antes.

Sunny gateó hacia mí, se levantó y se quedó apoyada en el borde del sofá.

—¡Bueno, mírate, cosita! —Le sonreí antes de levantarla—. Voy a tener que proteger más este sitio para mi bebé, ¿verdad?

—P-p-papi —dijo.

Me resbaló una lágrima por la mejilla y la apreté contra mi pecho.

—Sí, preciosa, soy papi.

No era la primera vez, porque siempre hacía ese sonido.

Solo que me había dado cuenta de que acababa de hacerlo para llamar mi atención.

Siempre había tratado de mantener un poco de distancia en mi corazón, de no llamarme su padre, pero ese hecho quedaba claro: yo era su padre.

Quizá no genéticamente, pero eso no importaba.

La había cuidado siempre, a excepción de las primeras semanas de vida, e iba a seguir cuidándola durante el resto de sus días.

***

Era un nuevo día, y con una nueva actitud.

Ver a Ryn me había recordado por qué le había dicho que no a Jungkook, y me juré decírselo esa semana.

Solo tenía que volver a ganármelo.

Por una vez, llegué antes que él, unos cuantos minutos antes de las ocho.

Justo cuando estaba dejando mi mochila, lo vi llegar por el rabillo del ojo.

No me fulminó con la mirada al verme, pero tampoco sonrió.

Fue una mirada neutral, y eso me dio esperanzas de que esa semana podía ser mejor que la anterior.

—Buenos días, Jungkook —dije cuando pasó a mi lado.

Él se detuvo y se giró hacia mí.

—¿Jimin?

Ladeé la cabeza.

—¿Sí?

—Dilo otra vez.

Una sonrisa irrumpió en mi cara.

😳Casual Encounter👣||Kookmin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora