CAPITULO 27

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Pov Jungkook.

-Esto sigue pareciéndome raro -dijo Jimin cuando ocupó el asiento del pasajero.

No era la primera vez que lo había recogido en la guardería a la que llevaba a Sunny todas las mañanas.

Bajé del bordillo y me uní al tráfico antes de agarrarlo de la mano.

-Ya han pasado tres días. ¿Por qué te parece raro?

El lunes había llegado tarde otra vez, y ahí fue cuando se me ocurrió la idea.

Sabía que la guardería estaba cerca, así que ¿por qué no recogerlo?

Me llevé su mano a los labios y lo besé.

-Me gusta conducir contigo hasta el trabajo.

-A mí también. Pero es que esto es Nueva York. Aquí se usa el transporte público. Es como funcionan las cosas. No vas conduciendo al trabajo.

Meneó la cabeza.

No era la primera vez que sacaba el tema a colación, pero yo no creía que fuese tan raro como él pensaba.

Para mí, lo extraño era no conducir, pero para él era lo contrario, al haber crecido en una ciudad con una infraestructura de transportes tan grande.

-Bueno, yo sí.

-¿Te das cuenta de que eso no hace más que recalcar que eres un forastero?

Me encogí de hombros.

-He viajado en metro durante años. No necesito vivir la experiencia ni lo que sea que creas que me estoy perdiendo.

-No es eso. Es solo que... -Hizo un gesto con la mano hacia el tráfico detenido-. ¿Cómo puedes soportar pararte y arrancar todo el tiempo?

-El tren hace lo mismo.

-Supongo, pero a lo único a lo que tengo que prestar atención es a cuál es mi parada.

Se me ocurrió una cosa.

Al haber vivido en Manhattan durante toda la vida, ¿había salido alguna vez de la ciudad?

Y no solo eso, ¿sabía siquiera conducir?

-¿Has conducido antes?

Él negó con la cabeza.

-Nunca lo he necesitado.

-¿Has salido de la ciudad?

-Fui a Italia una vez y a un crucero por el Caribe hace unos años. También fui a una reunión familiar en Iowa, pero condujo mi madre.

Casi sentí deseos de decirle que había llevado una vida protegida, pero Nueva York era la jungla original de asfalto.

-Cuando vayamos a Carolina del Norte, te enseñaré a conducir. Nunca se sabe cuándo lo vas a necesitar.

-¿Vamos a ir a Carolina del Norte? -preguntó.

-Algún día, espero. Puede que el verano que viene podamos pasar una semana en la casa del lago. Hay una playa en la que creo que a Sunny le encantará jugar -le expliqué, sonriendo al imaginarnos haciendo castillos de arena. Él parecía perplejo-. ¿Qué pasa?

-Es solo que... Supongo que no había pensado en un futuro tan lejano.

-¿Es que no vas a querer ir?

Él negó con la cabeza.

-No, no es eso. -Colocó su mano sobre la mía-. Me encantaría ir, y tienes razón. A Sunny también le encantaría.

😳Casual Encounter👣||Kookmin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora