CAPITULO 13

15 2 0
                                    

Pov Jungkook.

Si alguna vez me había cuestionado la atracción que existía entre Jimin y yo, esa duda se había ido al garete cuando se corrió en mi mano y luego sobre mí abdomen.

Había estado reviviéndolo toda la noche.

Y para ser sincero conmigo mismo, con él era, sin duda, el mejor sexo que había practicado en mi vida.

No se trataba de que estuviéramos en mi despacho y de que cualquiera pudiera oírnos o entrar, y tampoco de que estuviéramos casi totalmente vestidos.

Tras semanas de frustración sexual acumulada, había encontrado una vía de escape y no me saciaba de ella.

Cada gemido, cada roce me hacía querer y necesitar más, y me volvía loco.

Sin embargo, seguía odiando que se marchara a las cuatro y media.

Era raro, pero ¿quizá tenía otro trabajo?

Fuera lo que fuese, era exasperante.

Después de aquello, ese chico ocupaba todos mis pensamientos.

Se me estaban amontonando las preguntas, y eso que ni estaba cerca de conseguir ninguna respuesta.

Nunca había querido tanto salir con un chico.

Tener una cita y, claro, follar, pero, sin duda, conocerlo mejor fuera del trabajo.

Me tenía totalmente cautivado, y lo necesitaba todo de él, un sentimiento que no había tenido en muchos años.

Después del tiempo que llevaba trabajando para mí, no debió ser una sorpresa verlo llegar corriendo a su escritorio casi diez minutos tarde, todo sonrojado y precioso.

Evidentemente, el teléfono ya estaba sonando.

Soltó su «Despacho de Jeon Jungkook» después de casi seis tonos.

Me reí para mis adentros, porque estaba claro que haber follado con el tío más bueno que había conocido nunca contra la pared de mi despacho no iba a cambiar la rutina laboral que habíamos creado.

Respondí a la llamada y, cuando terminé, traté de centrarme en el correo para evitar que me distrajera.

Era una tortura.

Cada movimiento que hacía, cada suspiro, hacía que me desviviera por ir hacia él.

Tenerlo tan cerca estaba atormentándome.

Solo quería volver a tocarlo.

Unos minutos más tarde, un movimiento capto mi atención y miré hacia la puerta.

Me costó no gemir cuando vi cómo mecía las caderas a cada paso.

—Tu café —dijo, colocando la taza a mi lado.

No hubo pullas ni comentarios sarcásticos.

En vez de eso, una sonrisa iluminó sus facciones perfectas.

El tono rosado de sus mejillas me tentó.

Le sonreí mientras cogía la taza.

—Gracias.

Se dio la vuelta, caminando a saltitos de regreso a su mesa.

Estaba tan hipnotizado que solo me di cuenta al segundo sorbo antes de escupir el café de nuevo en el vaso.

Parecía agua de sumidero, más que café.

No tenía ni idea cuál era la diferencia entre lo que Crystal me traía y lo que me traía Jimin, pero tenía que enviarle un mensaje a Crystal para preguntárselo.

😳Casual Encounter👣||Kookmin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora