005 ▬ Gluttony

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La tarde avanzaba lentamente hacia la noche, y Charlie se preparaba para la cena con una mezcla de ansiedad y deseo. Deseo de verla. Sabía que Lilith tenía sus propios planes, que lo tentaría, lo empujaría al límite, pero también sabía que él podía manejar la situación. Después de todo, había lidiado con mujeres antes que intentaron desestabilizarlo, aunque ninguna había sido tan intensa como Lilith.

Se miró en el espejo, ajustando el cuello de su camisa, sin la sotana que solía usar en el día. El reflejo que le devolvía el espejo mostraba a un hombre joven, atractivo, consciente de su presencia y poder. "Es solo una cena" se recordó, aunque en el fondo sabía que era mucho más que eso.

La brisa suave de la tarde acariciaba el rostro de Charlie mientras se acercaba a la casa de Lilith. El aroma de hierbas frescas y pan recién horneado flotaba en el aire, prometiendo un festín que solo intensificaba sus dudas. Había algo en esa invitación que lo inquietaba, pero el deseo de ver a Lilith superaba cualquier recelo que pudiera sentir.

Cuando llegó a la casa de Lilith, el cielo ya había comenzado a oscurecerse, con el crepúsculo pintando el horizonte de tonos rojos y violetas. La casa, una vieja construcción de piedra, irradiaba un aire de misterio. Lilith lo esperaba en la puerta, su figura iluminada por la cálida luz de una lámpara en el vestíbulo. Llevaba un vestido de seda negra, simple pero provocador, que resaltaba cada curva de su cuerpo. Sus labios rojos se curvaron en una sonrisa de bienvenida, y sus ojos verdes brillaban con una intensidad que Charlie reconocía.

—Puntual, padre. Me gusta —dijo, mientras lo invitaba a pasar con un gesto de la mano. El aroma a vino y especias llenaba el aire, y Charlie se sorprendió por la elegancia del ambiente que Lilith había preparado.

—esta noche sólo soy Charlie.

Lilith apretó los labios en una sonrisa mientras asentía y lo condujo por la lujosa casa hasta llegar al comedor, que estaba decorado con sencillez, pero con gusto. La mesa ya estaba dispuesta, y dos velas en el centro proyectaban una luz suave que creaba sombras danzantes en las paredes. Había una botella de vino tinto abierta y una variedad de platos que exudaban un aroma tentador, cada uno más delicioso   que el anterior. Lilith se había esmerado en la cena, y la vista de los manjares hizo que la boca de Charlie se hiciera agua.

❝𝗣𝗘𝗖𝗔𝗗𝗢𝗦 𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗔𝗟𝗘𝗦❞ CHARLIE MAYHEWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora