Lilith había vuelto al pueblo sabiendo que los ojos de todos estarían sobre ella, pero era algo que había aprendido a disfrutar a lo largo de los años.
Las miradas, los susurros, incluso los juicios no le importaban ya. Desde que había dejado aquel lugar para seguir su carrera como pianista, había aprendido a convertir la atención en una forma de poder. Sin embargo, al cruzar el umbral de la iglesia, un escalofrío la recorrió. No era solo el frío de la piedra o la solemnidad del espacio, sino algo más profundo, como si una sombra del pasado la siguiera de cerca.
La invitación a ofrecer un recital benéfico fue demasiado tentadora como para resistirse. No solo sería una oportunidad para ayudar, sino también para mejorar su reputación, algo que le importaba más de lo que estaba dispuesta a admitir.
Sus tacones resonaron con fuerza en el eco reverencial del lugar. Todas las miradas se giraron hacia ella; algunas con desprecio apenas disimulado, otras con curiosidad morbosa. Había murmullos entre las mujeres de la congregación, intercambios de miradas que hacían evidente que su regreso no pasaba desapercibido. Lilith caminaba con la cabeza alta, envuelta en un elegante vestido azul oscuro que resaltaba su figura. Sabía que esos cuchicheos estaban cargados de juicio, pero no tenía intención de dejar que la afectaran.
Mientras se adentraba en el espacio, los hombres no tardaron en inclinarse hacia adelante, atraídos por su presencia. No eran solo los murmullos de las mujeres los que la seguían; había algo en la manera en que Lilith se movía que cautivaba, un aire de misterio que envolvía a todos. Pero, en lugar de intimidarse, esa reacción le daba más fuerza.
La hermana Sonia, una mujer de edad avanzada, se le acercó con una sonrisa algo forzada. Aunque su tono era educado, sus ojos reflejaban una mezcla de sorpresa y cautela.
—Bienvenida, Lilith. Hace tiempo que no te veíamos por aquí —dijo, midiendo sus palabras con cuidado, como si tratara de mantener una distancia respetuosa.
—Gracias, hermana —respondió Lilith con una sonrisa que destilaba confianza—. Decidí que ya era hora de regresar.
Sonia la observó por un momento, su expresión parecía indescifrable.
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❝𝗣𝗘𝗖𝗔𝗗𝗢𝗦 𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗔𝗟𝗘𝗦❞ CHARLIE MAYHEW
Hayran Kurgu「 𝗮 𝗡𝗶𝗰𝗵𝗼𝗹𝗮𝘀 𝗔𝗹𝗲𝘅𝗮𝗻𝗱𝗲𝗿 𝗖𝗵𝗮𝘃𝗲𝘇 𝗳𝗮𝗻𝗳𝗶𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻 」 Lilith deseaba cosas que no debía desear, tocar hombres que no debía tocar. ¿Lo peor de todo? No se arrepentía si se trataba del padre Charlie. ❥ 𝗡𝗶𝗰𝗵𝗼𝗹𝗮𝘀 𝗔𝗹𝗲𝘅�...