El padre Charlie estaba de pie en las afueras de la iglesia, junto a un par de hermanas que conversaban animadamente. Aunque su rostro estaba adornado con una sonrisa amable y su postura era derecha, su mente estaba muy lejos de la charla trivial que mantenían. Apenas escuchaba lo que decían las monjas, como si sus palabras fueran solo un murmullo lejano.
—Es impresionante cómo la fe puede transformar vidas —decía la hermana Sonia con entusiasmo—. El otro día hablé con la señora Müller, ¿sabes? Dijo que después de la confesión, sintió una paz interior que no había experimentado en años. ¡Qué milagro tan maravilloso!
Charlie apenas pudo contener una sonrisa sardónica. ¿Milagro? ¿Confesar las mismas quejas de siempre y luego seguir con su vida monótona era un milagro? Pero asintió cortésmente.
—Sí, milagros por todas partes —respondió en un tono que casi se deslizaba hacia la burla, aunque las hermanas, como de costumbre, no lo notaron.
La hermana Clara, más joven y siempre dispuesta a participar en cualquier conversación, se apresuró a añadir:
—Es que la señora Müller ha sido tan devota desde que su esposo falleció. De verdad, es un ejemplo para nosotras. Incluso mencionó que podría venir a las oraciones de la tarde todos los días. ¿No es increíble?
Charlie levantó una ceja, riendo en su interior. Un ejemplo para ustedes, quizá. Para mí, es solo una viuda aburrida con mucho tiempo libre y nada mejor que hacer. Pero, claro, su deber era mantener las apariencias, así que fingió un asentimiento más.
—Qué devoción admirable —comentó, sin poder evitar que una pizca de sarcasmo se colara en su voz.
Mientras las hermanas continuaban su charla, con esa mezcla de emoción y superficialidad que a Charlie tanto le irritaba, algo mucho más interesante llamó su atención. Un rugido elegante de motor interrumpió la conversación. El padre Charlie levantó la vista, intrigado. ¿Quién podría llegar a la iglesia con semejante coche? Un lujoso automóvil negro, demasiado caro para el modesto pueblo, se detuvo frente a la iglesia, destacando entre los vehículos comunes como un cuervo entre palomas.
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❝𝗣𝗘𝗖𝗔𝗗𝗢𝗦 𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗔𝗟𝗘𝗦❞ CHARLIE MAYHEW
Fanfic「 𝗮 𝗡𝗶𝗰𝗵𝗼𝗹𝗮𝘀 𝗔𝗹𝗲𝘅𝗮𝗻𝗱𝗲𝗿 𝗖𝗵𝗮𝘃𝗲𝘇 𝗳𝗮𝗻𝗳𝗶𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻 」 Lilith deseaba cosas que no debía desear, tocar hombres que no debía tocar. ¿Lo peor de todo? No se arrepentía si se trataba del padre Charlie. ❥ 𝗡𝗶𝗰𝗵𝗼𝗹𝗮𝘀 𝗔𝗹𝗲𝘅�...