8. ¡Francia, Paris!

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A la mañana siguiente después del desayuno, Penelope fue llevada a el salón de música y presenció un par de canciones tocadas en el piano forte por parte de Lidya. - ¡Es usted maravillosa señorita Lidya!

- Me puede llamar Lidya, ¿está bien si yo le digo Penelope? - Y la pelirroja asintió.

- Claro Lidya, será un gusto poder hablarnos con nuestro nombre de pila.

-Mi hermano partió temprano a París, tiene que arreglar unos asuntos - Penelope no entendió porque Lidya le dió esa información. - E-es muy probable que cuando partan a Francia lo encuentren ahí.

- Ah, claro. Comprendo. - Dijo Penelope.

- Sabes el próximo año debo debutar en la sociedad, específicamente en Mayfair ya que mi madrina será la señora Danbury.

- No pudiste elegir mejor madrina que ella.

- La realidad es que la eligió mi madre, son amigas de hace mucho tiempo, suena algo tonto pero mi hermano decidió ir a Mayfair a conocer como son las fiestas, la sociedad, para que me preparé para mi debut el próximo año.

- El dijo que lady Danbury era su madrina. - Penelope, Lidya se echó a reir.

- ¿Eso dijo? ¡Ese Dominic y sus ocurrencias!

- ¿Y le gustó Mayfair para que tu puedas hacer tu debut?

- No lo escuché convencido.

- ¿Por qué?

- Me dijo que existe una clase de chismosa - Penelope pensó rápido - según el es un panfleto de una mujer que recopila chismes de todo lo que ocurre en cada fiesta, pero no le creí.

- Lady Wishtledown, existe. - Y la tienes frente a ti, pensó Penelope - es la mujer más cotilla de todo Mayfair, nadie sabe quién es y sabrá Dios que métodos usa para enterarse de todo, pero - A creado una gran fortuna. - Es muy certera, es cotilla si, pero no dice mentiras.

- Yo me preguntaba - Penelope miró a la jovencita - si me pudieras dar unos consejos para no cometer errores en mi próximo debut.

- Claro pero

- ¡Cartas! Nos podemos mantener en contacto por cartas.

- Claro, pero yo no sé - Lidya sacó un hoja entre sus partituras y se la entregó a la pelirroja en las manos, esta lo leyó y asintió.

- Entonces te haré llegar cartas con consejos de como tener un buen debut y no cometer los errores que yo he cometido.

- ¡Gracias! - Lidya se puso de pie y abrazó a Penelope. - te lo agradezco mucho.

Como lady Danbury dijo partieron a Francia a eso de las doce pasado meridiano, habían tenido un ligero almuerzo y después de despedirse subieron al carruaje, el cual nuevamente cargado con los baúles de esas dos damas partió rumbo a Francia.

El carruaje por fin se adentró en las calles de París la capital de Francia, Penelope miraba por la ventana las casas, los edificios y luego se dejó ver un parque, se veí lo bastante grande para querer recorrerlo, luego miró un palacio y más lugares que estaba segura que esas paredes guardaban cosas hermosas, que ella iba a poder mirar cuando lady Danbury termine los negocios que tenía que hacer.

Era admirable que esa mujer se haga respetar así, ella una mujer que ya tiene sus años, con hijos, viuda, casamentera, amiga de la reina y aparte se preocupaba por su patrimonio porque estaba por invertir en algo de una imprenta Penelope no quiso indagar que era, simplemente pensó que no era de su incumbencia pero si de admirarle a esa mujer que se hizo paso, cuando falleció su esposo.

Por los besos... que nunca te di.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora