15. ¿Quién se creé?

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Los meses pasaron y Penelope estaba al borde de la histeria, sabía perfectamente que no había lugar donde irse, solo la mansión Porter era un lugar seguro, pero pronto todos se marcharian a Mayfair, necesitaban ver la casa que habitarian mientras estaban ahí, además lady Danbury ya les había informado sobre la presentación ante la reina, es el primer evento social de la temporada y necesitaban ir para mandar a hacer con la costurera el vestido de Lidya, la cual se encontraba completamente apenada con Penelope, pero esta se había encerrado en solo escribir y no volver a Mayfair después de recibir unas cartas ya hacía dos meses.

Penelope se la pasaba la mayor parte del tiempo en la biblioteca de la mansión y de ahí a la biblioteca de la editorial, entonces Lidya comprendio que Penelope no estaba interesada en Lui, el cual también estaba enfocado en su libro, los tres futuros escritores ya estaban por terminar su primer libro y dependiendo de como sea recibido y vendido en las librerías Lambert se harán más tirajes y los escritores podrán escribir más historias.

Pero no toda la culpa era de Lidya, de la temporada y de la presión sobre escribir, una carta, una sola carta que recibió de quién menos esperaba y eso fue suficiente para poner todo su mundo patas para arriba, se encontraba leyendo sus avances, cuando Lidya en un intento de aligerar la enemistad llego con cartas para ella.

- Pen, te han llegado cartas, - la nombrada alzo la vista y miró a Lidya que le regalaba una sonrisa.

- Eres muy amable, pero no era necesario traerlas, puedo ir por ellas.

- Yo sé que te pones feliz cuando las recibes así que quise traerlas - Lidya ya había llegado al escritorio y se las colocó en una esquina, Penelope notó un sobre de más, pero asumió que su madre o lady Danbury o quizá alguna de sus hermanas, se habían tomado la molestia de escribirle una carta. - Me retiro, te vengo a buscar para la hora de la cena, aunque creo que madre se molestará si te ve en la mesa con las manos manchadas de tinta. - Penelope miro sus pequeñas manos.

- Tienes razón, me las iré a lavar después de leer las cartas, muchas gracias Lidya. - Y esta le sonrió.

Penelope después de escribir una hoja, colocó la pluma en un frasco para que esta escurriera la tinta sobrante y cerro el frasco de pintura negra. Tomo un sobre y le sonrió, conocía perfectamente la letra de cada persona que le escribía abrió el sobre y leyó.

Señorita Penelope Featherington.

Debo informarle que me es muy lamentable la decisión que a tomado de no volver a Mayfair, con quién se supone que bailare esta temporada, definitivamente usted me a roto el corazón, pero me alegra saber que pronto podré tener mis manos un libro escrito por usted, le aprecia mucho...

Mr. Benedict Bridgerton.

P.D. Este corazón mío aún no le perdona que se haya marchado sin despedirse, pero aún así le guardo un gran cariño. - Penelope le sonrió a esa hoja Benedict tenía una manera tan rara de mandarle saludos. Tomó otra carta.

Querida y futura mejor escritora del mundo:

Hola Pen, te extraño mucho, no me canso de decirte en cada carta que extraño mucho ir contigo al parque o por tinta para escribir, una vez más agradezco por los libro que me has hecho llegar todos son muy lindos y cuentan grandes historias, espero pronto recibir el tuyo.

Te quiere con todo el amor del mundo,

La señorita Eloise Bridgerton.- Y Penelope se seco un par de lagrimas, su amiga siempre tenia una manera tan linda de escribir y hacerla llorar. Tomó otra carta y leyó.

Señorita Penelope Ann Featherington:

Señorita Penelope, he hablado con el señor Vinicio Lambert, y me a dicho que usted es una gran escritora, no se que quiera decir con eso, pero por favor siga haciendo lo que sea que esta haciendo, seguramente lo hace de maravilla.

Por los besos... que nunca te di.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora