CAPÍTULO 2

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Para el Marqués cuya obsesión ya no estaba, criar de dos hijas no fue tan complicado, al cumplir un año cada una las separó de su nodriza y  asignó una residencia por separado. 

Para aquella que nació dentro del matrimonió se le otorgó una habitación en su mansión, pues en el mundo de la nobleza, el linaje era significativo y al no tener hijos varones se encargaría se buscarle un prometido adecuado. 

"Blair Rhiannon." 

Nacida con un cabello castaño y piel blanca, recibiría cuidado y educación. Rodeada de lujos la pequeña crecía con lo que solo un noble podía gozar, por otro lado. 

"Odette Rhiannon." 

La niña nacida entre la mujer que le quitaba el sueño y heredera de su belleza, indudablemente llamaría la atención, aquel color de cabello característico de su amante, era tan hermoso que recordó el pasado. Sus puños se cerraron al recordar el rechazo contaste de esa mujer. 

Ahora que tenían una hija, era su vivo retrato. 

Sin importar lo que que pasara, el Marqués tenía un solo objetivo, gobernar. 

Lamentablemente había nacido en una familia normal, obtener el poder que tiene el emperador era realmente imposible, sin embargo, ahora tenía dos formas de lograrlo. Debía pensar muy bien antes de utilizar sus cartas y apostar por el príncipe ganador. 

Entregando una residencia a parte para no interferir con sus planes, la niña llamada Odette fue criada con mucha delicadeza para sorpresa de los sirvientes, aún cuando no gozaba de lo mismo que su hermana, se decía que el Marques la trataba de ese modo solo por el parecido que tenía con la antigua mujer que habitaba en ese lugar. 

Sin embargo, esa paz que la niña experimentaba no duró mucho, a la edad de 4 años el marques presentó entre si a sus hijas, sentada una frente a la otra el Marques pudo notar el cambio de actitud que tenía Blair para con Odette. 

"Tsk-"

Inmediatamente el marques recordó a su antigua esposa.

'Es la misma mirada de odio.'

"La sangre no miente." 

Dijo con disgusto.

El marques sonrió al ver esa situación, pues la hija que había criado con mucho cuidado resultó tener una reacción contraria a la esperada. 

'No tiene clase.'

A pesar de tener la misma edad, la hija que hasta el momento no había visto parecía más educada que la que estuvo con él todo este tiempo. 

"¿Papá?" 

Blair observó con tristeza a su padre tras escuchar lo último.

Definitivamente la pequeña estaba de buen humor cuando se sentó en la mesa con su padre, sin embargo, tras la llegada de la otra niña se sintió irritada de tener que compartir lo suyo. 

No entendía porque había alguien mas con ellos y la respuesta a su pregunta le cayó como gua fría. 

"No deberías tratar así a tu hermana."

Dijo el marqués antes de meterse un trozo de carne a la boca. En su cabeza tomó nota de contratar a un profesor de etiqueta para ambas, era hora de aprender al menos lo básico. 

Si comparaba a sus hijas con la princesa, ésta última a esa corta edad ya demostraba talento.

Si quería presentar a Blair con uno de los príncipes, debía empezar a tratar con ello rápidamente. Por otro lado, aún no sabía que hacer con Odette, conforme crecía el parecido con Sienna era mas grande. 

Al darse cuenta de que mencionó aquel nombre en voz alta, trató de simular cambiando de tema, ahora que recordaba, se dice que el segundo príncipe disfrutaba de tocar el piano. 

"Sería bueno aprender a tocar un instrumento" 

La mirada de ambas niñas se posaron en él y cierto brillo se veía en sus ojos. 

Dirigiéndose hacia Odette, el Marques sonrió y por primera vez con un toque suave en la cabeza comentó lo siguiente. 

"Estoy seguro de que lo harás bien." 

Tras decir aquello el marques observó de reojo a Blair y sonrió al saber lo que había provocado. 

Era necesario impulsar cualquier sentimiento si eso implicaba el éxito. 

"Si."

Las mejillas rosadas de la pequeña Odette causaron el enojo de Blair, quien al estar en descontento rompió en llanto asegurando que la niña de aspecto raro le daba miedo. 

Los sirvientes que esperaban fuera del comedor se sorprendieron de escuchar a su señorita por primera vez llorar y acto seguido le echaron la culpa al nuevo invitado. 

En cuanto el marques ordenó llevar a sus hijas a sus aposentos, dio la orden de conseguir un artefacto mágico, uno cuya función era cambiar el aspecto de una persona. A ojos de terceros, estaba claro que el marques favorecía solo a una de sus hijas, es por ello que con el paso del tiempo los sirvientes de la mansión principal optaron por intimidar a los de la mansión secundaria, logrando que un gran numero de ellos abandonara el lugar. 

A pesar de esto, el Marques no movió un solo dedo para arreglar la situación pues Odette simplemente era un medio para provocar a Blair. 

"Asegúrate de mantenerla viva." 

Fue la orden que recibió el mayordomo y como resultado personalmente se encargaba de suministrar lo necesario. 

A los cinco años, Blair tocaba el piano y se hizo compañera de juegos de la princesa, los nobles elogiaban al marques por tener a una hija tan encantadora y solo por curiosidad preguntaban si el Marques tenía en mente un compromiso con la familia real. 

La existencia de Odette fue un secreto para los nobles hasta los seis años, pues en un ataque de enojo Blair le confesó a la princesa que su padre últimamente actuaba raro y estaba segura de que era por su hermana. 

Este asunto llegó a oídos de la emperatriz y con ella el emperador, los nobles curiosos preguntaron la procedencia de dicha niña ya que la Marquesa estaba muerta y esa misma noche el Marques estalló en ira. 

Fue una ira que estalló en la persona equivocada. 

"¿Papá?" 

La pequeña Odette despertó asustada al darse cuenta de una sombra, la sonrisa que le dedicó a su padre al verlo por segunda vez en su vida desapareció poco después. 

Encerrada en lo que parecía ser un sótano, con un hombre casi muerto a pocos metros de distancia experimentó la cruel realidad de su vida. 

CONFÍA EN LA VILLANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora