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Capítulo 11

El bullicio del comedor de la U.A. era ensordecedor, lleno de risas, gritos y el sonido de bandejas chocando entre sí. Haise caminaba con paso decidido entre las largas mesas, su bandeja en mano, sintiendo el aroma tentador de la comida que se mezclaba con la energía vibrante del lugar. A su lado, Kira lo seguía con una sonrisa iluminada, su cabello negro ondeando suavemente mientras se movía.

—Ahí hay lugar—dijo Kira, señalando una mesa en el rincón. Sin embargo, al acercarse, se dieron cuenta de que estaba ocupada por un grupo bullicioso de estudiantes que no parecían tener intención de dejar espacio para otros.

Haise frunció el ceño—¿Tan difícil es pedir sentarnos a comer? Literalmente no he comido nada desde ayer y no creo que mi estómago soporte más tiempo sin alimento.

Kira rió suavemente—Quizás deberíamos buscar en otro lado. Afuera parece que no hay tanta gente.

Mientras se movían entre las mesas, Haise no podía evitar notar cómo algunos alumnos lo miraban con curiosidad. ¿Acaso tenia algo en la cara? Pero no tenía en cuanta que su apariencia inusual y su cara de mamon llamaban la atención. De pronto, se encontró con la mirada de un grupo de chicos que susurraban entre ellos; él desvió la vista rápidamente y sintió un ligero rubor en sus mejillas.

¿No pueden criticar a alguien más?

—¿Estás bien? —preguntó Kira al notar su incomodidad.

—Sí, solo… siento que todos me están juzgando. ¿Me veo mal?—respondió Haise con un susurro, apretando un poco más la bandeja contra su pecho.

Kira negó revisando que el alfa albino no llevara puesto el uniforme alreves o algo así—Odio admitirlo, pero tu siempre te ves bien.

Finalmente, encontraron una mesa vacía cerca de una ventana que daba al jardín. Era un lugar perfecto; la luz del sol entraba suavemente y el aire fresco traía consigo el aroma a flores recién florecidas. La alfa sonrió al ver que había espacio para sentarse.

—¡Al fin! —exclamó emocionada, dejando caer su bandeja sobre la mesa antes de acomodarse en una silla.

Haise se sentó frente a ella, dejando a un lado sus preocupaciones mientras comenzaban a degustar. La bandeja estaba llena de delicias: arroz frito, verduras salteadas y una pieza de pollo crujiente que se veía algo...curiosito.

—No quiero sufrir de salmonela—con el tenedor comenzó a picotear la pieza de pollo como si fuera algún objeto radiactivo.

—¿Quien te entiende? Estabas lloriquendo porque tenias hambre. Es lo que pediste y ahora te lo tragas—llevó un pedazo de su propia comida mientras el albino hacía a un lado el pollo qué muy probablemente estaba mal cocido.

Mientras comenzaban a comer, ambos se contaban acerca de lo que había sucedido en clase esa mañana. Sus risas resonaban en el aire y poco a poco Haise se relajó más, disfrutando del momento compartido con su amiga.

—Por cierto ¿Ya sabes cuando será el festival deportivo?—preguntó Kira mientras tomaba un sorbo de su bebida.

El Alfa no pudo evitar mirarla con una ceja alzada. ¿Festival deportivo? ¿Que festival deportivo? No le han dicho nada acerca de un festival o algún evento en particular.

—Mmm...nop. En mi clase no nos han dicho nada acerca de eso ¿Qué es?

La chica enserió quería enterrar la cara en su comida y pensó en lo mucho que necesitaba ayudarlo a salir de su caparazón. ¿Acaso sus padres nunca le han hablado del festival deportivo? En el que ellos ganaron primer y segundo lugar. Pobrecito el niño, le va a dar un infarto.