Habían pasado cinco días desde que Haise cruzó por primera vez las puertas de la U.A., y en ese breve lapso de tiempo, su vida había cambiado de formas que jamás habría anticipado. Sus padres siempre le hablaron de lo que significaba ser un héroe: sacrificio, valentía, trabajo en equipo, pero ninguno de ellos había mencionado lo que él experimentaba ahora. Cinco días en los que se dio cuenta de una realidad que no esperaba: no tenía idea de lo que era ser un héroe, al menos no como él pensaba.
A pesar de tener dos padres entre los héroes más importantes del país, la experiencia directa no era algo que pudiera enseñarse fácilmente. Había entrenado, claro, conocía bien su don y las expectativas que recaían sobre él, pero todo ese peso, toda esa presión, se sentía diferente ahora. Ser un héroe no era solo acerca de usar sus habilidades y salvar el día, había un nivel de exposición pública que lo tomó por sorpresa.
Cinco días en los que se volvió estúpidamente popular. No podía caminar por los pasillos sin notar las miradas sobre él, como si un aura invisible lo rodeara. Algunos lo miraban con admiración, otros con envidia, pero ninguno lo dejaba tranquilo. La situación se repetía fuera de la academia. Al salir a la calle, se encontraba con personas que se le acercaban para pedirle una foto, queriendo capturar su imagen. Haise, que siempre había preferido mantener un perfil bajo, ahora se sentía expuesto como nunca.
Luego estaban las cartas. Era una cosa extraña. Abría su casillero y encontraba montones de notas anónimas, a veces con mensajes vagos de admiración, otras veces mucho más directas. Algunas de esas cartas venían impregnadas con feromonas, un recordatorio físico y constante de que los alfas y omegas de la escuela lo veían como algo más que un compañero de clases. Encontraba números de celulares, proposiciones descaradas y hasta insinuaciones veladas en algunos casos. Todo aquello se sentía invasivo, como si no tuviera un espacio seguro en ningún lugar.
En un principio, trató de ignorarlo. Pero no era fácil. Incluso en las clases, aunque intentaba concentrarse, notaba los murmullos a su alrededor. Las miradas furtivas y las sonrisas nerviosas cuando lo veían pasar. Ya no podía ser normal, el chico que había ingresado en la academia para aprender, sino que ahora una etiqueta lo seguía a todas partes y que no podía quitarse.
Era asfixiante.
No estaba acostumbrado a esa clase de atención, y no podía evitar sentirse abrumado. Había esperado algo de notoriedad, por supuesto, pero esto era demasiado. Era como si no tuviera un respiro. Ni siquiera podía confiar en que el contenido de su casillero fuera simple material de estudio sin que lo asaltara un mensaje nuevo. Sus compañeros lo admiraban o lo juzgaban, sus profesores lo observaban con más atención, y los desconocidos lo trataban como si fuera una extensión de sus padres, no como una persona individual.
Haise soltó un largo suspiro, recostándose en su cama al final de otro largo día. Miraba el techo, sintiendo una opresión en el pecho que no podía explicar del todo. Pensaba en cómo era la vida antes de la U.A., cuando era solo él, el chico que intentaba estar a la altura de sus propias expectativas, no las de todo el mundo. Y en esos momentos de soledad, donde las cartas y las miradas no podían alcanzarlo, se preguntaba si alguna vez podría encontrar un equilibrio.
El festival deportivo estaba a la vuelta de la esquina, y eso solo significaba una cosa: más atención. Ya podía sentir la presión aumentando. ¿Qué sucedería cuando todos lo vieran competir? ¿Esperarían que fuera exactamente como sus padres? ¿O estarían esperando que fallara? El peso de las expectativas parecía aumentar cada día, y aunque su familia trataba de ser comprensiva, era un terreno nuevo para todos.
Habían pasado cinco días. Y no tenía respuestas.
Su celular vibró, lo tomó con una mano para revisar las notificaciones. Pero solo era un mensaje de su padre omega diciéndole que cenara. Afuera, la noche seguía su curso, pero dentro de la casa todo estaba en completo silencio. Un silencio tan profundo que se le hacía incómodo. Como siempre, estaba solo.
ESTÁS LEYENDO
Lazos De Poder | BakuTodo |
FanficBakugou Katsuki y Todoroki Shoto enfrentan al desafío de ser padres cuando su hijo ingresa a la Academia UA. Sintiéndose abrumado por la sombra de sus padres, lucha por forjar su propio camino como héroe en medio de expectativas y presiones. ● Los p...