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Él estaba en su oficina, completando un informe que le había mandado a hacer su padre. Ya estaba anocheciendo, por lo que su trabajo ya estaba culminando. Luego de un par de horas más, finalizó su tarea. Preparó su maletín y salió de su oficina, antes de tomar el ascensor, la secretaria lo llamó.

—Señor Jungkook... —dijo un poco apenada— Su padre lo llama.

—¿Y como para qué? —preguntó un poco fastidiado.

—De eso no me habló. Solo me pidió que lo llamara...

Él asintió, sin nada más que decir, se dirigió hacía la oficina de su padre. Y cuando estaba cerca, de allí, salió la esposa de su progenitor.

—¿Cómo estás, querido? —preguntó mientras se acercaba a él, lo tomó del mentón, pero éste rápidamente se apartó— Parece que de mal humor. Adiós.

Se despidió y se fue. El castaño suspiró, cansado de esa mujer. Abrió la puerta de la oficina y al entrar, vió como el mayor arreglaba su camisa.

—Papá, por favor. Ya estás muy grande para estas cosas. —le reprochó, mientras cerraba la puerta detras de él.

Se sentó en un sillón que estaba ahí. Y lo miró todo incrédulo.

—¿Para que me llamabas? —giró los ojos— Estoy exhausto, quiero ir a casa.

—No te preocupes, hijo —dijo calmado, mientras limpiaba su escritorio con una rejilla—. No te robaré tanto tiempo. Solo quiero informarte que te necesito en Busan otra vez.

Se sintió un poco desconcertado. Solo hace un par de semanas que había vuelto. Esperaba al menos, un mes para que lo vuelva a enviar.

—¿Tan pronto? —preguntó.

—Necesito que alguien maneje las inversiones allá. Además, no me dirás que no te gusta estar en Busan ¿O si?

Claro que le encantaba estar allí. Ese lugar era su hogar, allí tenia muchos recuerdos, especialmente con su madre.

—Bueno, iré. Pero... ¿Para cuando me necesitas allá?

—Mañana mismo —dijo el hombro, tomó su saco y se lo puso—. Es urgente.

Él frunció el ceño, un poco molesto.

—Papá ¿Cómo me puedes pedir algo así tan de pronto?

—A mí también me tomo por sorpresa, hijo. Pero son asuntos que deben resolverse de manera inmediata.

El joven asintió, sabiendo que debía obedecer.

—Esta bien, iré...

—Genial, hijo —tomo su maletín y se acercó a la salida—. Que te vaya bien por ahí.

Y se retiró de la oficina dejándolo solo. El joven permaneció ahí. Pensó en su hijo, él quería aunque sea pasar una tarde con su hijo, pero tenia que pasar para otro día.

Y mientras estaba de camino hacia su hogar. Se imaginó un encuentro con esa mujer. En volver a charlar, tocar su piel una vez más. Además de su madre, esa mujer era una buena razón para volver a Busan.

Ya en casa, subió a su habitación. Y como siempre, YoonA lo esperaba despierta.

—Llegaste más tarde —dijo la mujer, con la voz suave—. Dohyun te estaba esperando, pero terminó dormido. —dijo riendo.

—Iré a verlo. —cogió una almohada y una manta.

La mujer, un poco dolida, habló.

—¿No dormirás conmigo? —su voz estaba temblorosa.

El cerró los ojos, preparándose para lo que se venía. Un reproche.

—YoonA, ya sabes lo que está pasando —la mujer negó—. No me siento cómodo a tu lado.

—Jungkook, por favor... No me hagas esto —le rogó, a punto de llorar—. No me hagas más daño.

Claramente Jungkook no quería dañarla. Quería evitar todo tipo de conversación con ella, porque sabía a dónde llegaban todas sus discusiones. Ella terminaba llorando y él avergonzado, quedando como el malo.

—No quiero hablar más de esto, por favor —dijo harto—. Dame espacio.

—Esta bien... —se limpió la lágrimas— Pero al menos, trata de pasar más tiempo con tu hijo. Mañana podrías llevarlo al jardín.

—No podré hacerlo —la mujer lo miró confundida—. Mí padre me pidió que regrese a Busan por un par de semanas. Me necesitan allá.

—Esta bien, vete. —se acostó y apagó su lámpara.

Jungkook se dirigió a la habitación de su hijo, sintiendo una mezcla de tristeza y culpa. Abrió la puerta y se acercó a la cama de Dohyun.

—Mi pequeño —susurró, con la voz temblorosa—. Lo siento mucho por no poder pasar más tiempo contigo.

Se sentó en la cama y acarició el cabello de su hijo.

—Te amo más que nada en este mundo —dijo el castaño, con lágrimas en los ojos—. Papá tiene que irse por unas semanas, pero volveré pronto.

Besó la frente de su niño y se quedó un momento en silencio, disfrutando de la paz que sentía cerca de su hijo.

—Perdón, mi pequeño —susurró—. Por no ser el padre que necesitas tener.

Se levantó, apagó la luz y se dirigió a su habitación para preparar su equipaje. Y mientras guardaba su ropa en la maleta, no podía dejar de pensar en su hijo y en la conversación que acababa de tener con YoonA.

Se sintió abrumado por la culpa y la tristeza, pero sabía que debía centrarse en su trabajo y en encontrar una solución para su situación.

—Mañana —se dijo a sí mismo—. Mañana empezaré a buscar un camino para salir de esta situación.

Cerró la maleta y se sentó en la cama, mirando el reloj. Era tarde, pero sabía que no podría dormir.

Se levantó y se acercó a la ventana, mirando hacia fuera. La ciudad estaba en silencio, pero su mente estaba llena de pensamientos y emociones encontradas. De repente, recordó la mujer del bar en Busan. Sonrió para sí mismo, pensando en su sonrisa y en su mirada.

—¿Quién eres? —se preguntó—. ¿Por qué no puedo sacarte de mi cabeza?

Se sintió un poco más tranquilo, pensando en ella. 

Buenooo, aquí está su cena de la semana! JAJJAJA espero les guste, voten cheee

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liar man | j.jungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora