Sangre.
De nuevo había mucha sangre y ahora si era suya.
- Ay –Se quejó Santiago cuando sintió como Lucas colocaba algo de alcohol en las heridas de sus mejillas y Quetzali trataba de revisar las heridas anteriores en sus manos- A este paso terminare todo puteado y seré yo el fantasma que buscan.
- Ahora sólo estás siendo dramático –Dijo en un bufido Quetzali haciendo un último intento para revisar las heridas del contrario. Gruñó harta cuando lo sintió removerse- Ah, ahora te chingas. No te revisare nada, no te dejas.
- Y hablando de revisar, ya revise el refri. No hay nada de comer –Se quejó Alejandro desde la pequeña cocina y tomando una botella de Coca cola que se encontraba a la mitad para tomarse- Tengo hambre.
- Lo siento, este no era mi plan para un sábado por la noche y no compre comida para la visita –Ironizó Santiago arrugando la nariz cuando vio como Alejandro buscaba entre todos los cajones de la cocina mientras el trataba de vendarse solo las manos- Wey, ya.
- Santiago...-Suspiró cansado Lucas tratando de calmar a esos dos, aunque se dio por vencido muy rápido y decidió mejor irse a recostar en el pequeño sillón de la sala.
No, definitivamente esos no habían sido sus planes para un sábado para noche, pensó Santiago. Viendo a esos jóvenes en su casa y sin creer aun que ellos eran descendientes de Leyendas míticas de México. Aun no se podía creer que una hora atrás estaba en el lago de Xochimilco. Donde pudo ver a Quetzali y a Lucas en acción, a Alejandro morir y él siendo literalmente chupado por la bruja.
Sus sábados por la noche no solían ser tan movidos.
Habida esperado sólo ver Netflix.
Ojala se hubiera quedado viendo sólo Netflix.
Vio como Alejandro llevo un pequeño tazón de palomitas a su mesita en el centro de la sala y como se sentaba en el piso. Lo siguió notando como los otros dos chicos lo seguían en el acto, en un mudo acuerdo ya todos se encontraban alrededor de la mesita comiendo una que otra palomita, en silencio, pensando.
Analizando.
Estaban que los llevaba la chingada.
- Ese pobre intentó de encontrar un objeto perdido estuvo de la chingada.
- Sí.
- Confirmo.
- No creí que nos fuera tan mal al primer intentó –Ironizó la rubia- Es decir, este pendejo casi se muere –Señalo a Alejandro.
- Si me morí –Dijo quitado de la pena el Charrito.
- Y a este casi se lo carga la bruja –Ahora señalo a Santiago- Necesitamos estar preparados y sincronizarnos para la siguiente vez, no podemos solo actuar a lo pendejo pensando que todo nos va a salir a la primera. Debemos coordinarnos y tener un plan y saber de qué somos capaces.
- ¿De qué hablas? –Dijo Santiago algo fastidiado de todo eso y tanto termino- ¿Plan de ataque? ¿Qué es esa mamada? No somos los putos Avengers. Hay que ir a lugar, tomar lo que hay que tomar e irnos. No necesitamos más, no necesitamos hacer más, no debemos hacer más y no podemos hacer más.
Quetzali le dio una mirada que Santiago no pudo identificar.
- Si tan sólo supieras no lo que somos... De lo que eres capaz...
- Pides mucho, guera –Se burló Ale- Tú y yo sabemos que pedo con nosotros, pero... ¿Qué hará Santiago? ¿Llorar? Y el padrecito es muy inteligente y todo, pero un padre nuestro no nos va a salvar toda la vida...
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El llamado de los colibrís
HororSantiago de la Luna sólo quería vivir de la historia, nunca se imaginó que en eso vendría implícito el ser descendiente de una de las más grandes leyendas de México y tener que seguir con su legado.