—César—
No entiendo cómo es que un trío deforme de enfermos mentales que tienen como pasatiempo matar y desmembrar personas, la puede entretener tanto.
No mira ni pone atención a nada más, tanto que ni se ha dado cuenta de que Leandro y Sergio subieron al cuarto en cuanto Lucía se fue.
Me paso al sillón donde estaban los tortolos, pero ella sigue sin perder la concentración. Tiene un cojín entre sus brazos que ha sido el receptor de sus apretones en cada escena de tensión... Debo admitir que..., no me molestaría ser ese cojín.
Dejo de pensarlo tanto porque no es que me esté aburriendo, pero siento que no estoy aprovechando el tiempo.
Me bajo con precaución a la alfombra, y despacio, como un gato precavido que da pasos silenciosos, me acerco hasta sentarme a su lado, y aun así ella no me presta atención.
El asesino en cuestión anda entre los árboles persiguiendo tres de los protagonistas que quedan. La chica está asustada, piensa que está bien escondida, pero no..., el asesino le incrusta el filo de un hacha a la chica en la cara, y aparto de inmediato la vista.
—Ehm, ¿no quieres ver otra cosa? —pregunto evitando las secuencias en la pantalla, y me encuentro de pronto con sus ojos verdes, siento una emoción extraña, como una descarga eléctrica, no lo sé, pero ella evade en el instante nuestro encuentro y voltea alrededor—: Se fueron hace como diez minutos al cuarto de tu primo, ¿no te diste cuenta?
—No, e-estaba concentrada en la pelicula —dice mirando el cojín, la alfombra, la mesita de centro, el plato donde está la rebanada de pizza a la mitad..., pero no a mí.
—Sí, lo noté. Ellos avisaron, y tu prima tambien ya se fue. Entonces ¿no prefieres ver otra cosa?
—Sigue la escena de cuando matan al policía —Ahora mira la pantalla y me levanto para sentarme nuevamente en el sillón, es cuando ella vuelve a mirarme—, y se llevan a Jessie y...
—¿Ya la viste? —Me inclino un poco recargando los codos sobre mis piernas.
—Muchas veces —responde mirando nuevamente a la alfombra..., ¿qué le sucede? Primero intenta ser mi amiga, y ahora ni siquiera me mira—, es de mis favoritas...
—¿Por qué te gustan esas películas?
—Por la adrenalina —responde mirándome por fin, con emoción en su voz—, el factor sorpresa, que aunque es predecible, aun así te saca sustos. ¿A ti no te gustan?
—No precisamente —Sus ojos ahora reflejan curiosidad, y no importa..., por fin dejan de evadirme.
—¿Por qué? —Pienso en las cosas que me ha tocado ver en el lugar donde vivo, y eso es suficiente razón.
—Porque creo que ya vivimos con suficiente violencia en el día a día.
—Solamente es una pelicula.
—Que no está lejos de la realidad.
—¿Tu crees que existan de verdad personas que hagan eso? Lo de la pelicula.
—A lo mejor no deformes, pero sí que matan por diversión, por locura, por necesidad, por poder, lo que sea..., pero definitivamente las hay.
—¿Qué tipo de películas te gustan entonces? —inquiere con interés, esperando ansiosa mi respuesta—. La podemos buscar.
—No soy de ver muchas películas —Veo decepción en su cara—. En realidad, me gusta más la música.
—¿En serio?
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Al final del arcoíris | En proceso
Novela JuvenilIsabel, una joven apasionada y aventurera, vive la vida al límite. Su mundo se basa en la emoción y la exploración constante. Por otro lado, César, un joven introvertido y tímido, se refugia en su mundo interior, alejado de los riesgos. Cuando sus c...