20 de febrero, 2015.
Desperté a causa del molesto sonido de mi teléfono. Quejándome observó la hora en mi reloj, la una de la mañana, y suspiré.
Luego de tomarlo, lista para mandar al diablo a quien sea que estuviera al otro lado de la línea, abrí mis ojos sorprendida y me senté en mi cama al oír la suave voz de Abril.
-Ey -saludé-. ¿Cómo has estado?
La oí suspirar.
-Bien, un poco cansada por el viaje, pero bien.
Me senté mejor en la cama y apoyé mi espalda en el respaldo.
-¿Y tú?
-Bien, sorprendida por tu llamada.
-¿En serio? -dijo Abril, suspiró-. Entiendo si te sientes así, he estado un poco ocupada.
Arrugué mi frente un segundo.
-¿Algún problema grave?
-No, digamos que los mismos de siempre solo que ahora me aseguré de que no volvieran a suceder.
-¿Quieres hablar de eso?
-¿Quieres saber cuáles son?
Sonreí al oír el tono de su voz.
-Ahora eres tú la sorprendida-. La escuché reír suavemente, sonreí. -Lo estoy, es verdad.
-Entonces dímelos-. Me levanté de la cama y caminé hacia mi cocina-. Me prepararé un café y hablaremos largo y tendido.
Ella volvió a reír.
-Quieres hablar largo y entendido, increíble-. Voltee mis ojos. -Ventajas de ser policía.
Puse la tetera y me apoyé en un mueble para esperar.
-Entonces -dijo ella suavemente-, ¿me invitaras un café?
-Cuando quieras.
-Ahora.
Me alejé del mueble enseguida al oírla.
-¿Quieres decir, justo ahora?
-Sí, si lo deseas.
-Me encantaría.
-Perfecto -murmuró Abril y colgó.
Observé mi teléfono unos segundos antes de oír el timbre de la puerta. Rápidamente llegué a ella y la abrí segura de quien estaría allí.
Abril me observó de pies a cabeza, sobre todo al simple y negro bóxer que usaba aparte de una camisa grande. -Lindo pijama -le oí murmurar.
Alcé una ceja, me crucé de brazos y me apoyé en el marco de la puerta.
-Si hubiera sabido que tendría visitas me habría puesto algo más elegante.
-Y arruinar la sorpresa-. Me miró a la cara.
Al ver las suaves ojeras bajo sus ojos cafés estiré una mano sin pensarlo y acaricié su mejilla. Sonreí suavemente cuando ella cerró los ojos ante mi caricia.
Justo en ese momento la puerta de en frente se abrió y la señora Laura, quien era dueña de dos gatos, salió de su departamento con una bolsa en las manos. Al observarnos se congeló un segundo, y luego, al verme solo con poca ropa abrió los ojos como platos.
-A que se acaba de enterar de que su vecina es una exhibicionista -dijo Abril.
Me estremecí suavemente al oírla, agarré a Abril de un brazo y la empuje con cuidado dentro de mi departamento.
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Your's | Rivari G!P
RandomSamantha ha pasado toda su vida adulta intentando ocultar lo que es, porque cada vez que lo deja salir a la luz termina sola, atada a una cama y decepcionada. Ahora, ha conocido a una mujer que le hace desear dejar de fingir y le muestra que no es n...