Capítulo 13

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En la noche.

Eran las once de la noche cuando me recosté en la cama, luego de darme una ducha y ponerme un pantalón de chándal y sujetador, recordé porque había regresado del trabajo tan rápido.

Tomé mi teléfono y lo observé cinco segundos antes de llamar.

-Diga -contestó la voz de Abril, firme y extrañamente suave. Tenía la impresión de que ella podía dar órdenes sin parecer una tirana -. ¿Hay alguien allí?, si empiezas a respirar de forma extraña colgaré.

Sonreí al oírla e hice exactamente eso, comencé a respirar muy cerca del teléfono, como lo haría cualquier psicópata de película vieja.

-Bien, ahora me pregunto por qué eso es excitante-. Solté una carcajada al oírla.

-Será porque estoy haciendo cosas malas justo ahora.

Casi pude verla sonreír.

-Mm -murmuró Abril -pero yo quería guiarte esta noche en esas cosas malas. -Cerré los ojos pensando que necesitaba algo más que una guía de ella.

-Entonces hazlo, pero primero quiero oírte decir lo que haces, es más divertido.

-Está bien, solo déjame aclarar algo.

-¿Qué? -murmuré.

-¿Samantha, eres tú?

Voltee los ojos.

-No -murmuré sonriendo -antes de meterme en mi cama era Samantha, ahora soy una completa extraña.

-¿Yo también lo soy?

-¿Quieres serlo?

-Creo que será divertido.

Suspiré al imaginar lo que estábamos a punto de hacer.

-Entonces hagámoslo extraña, dime qué estás haciendo ahora-. Bajé el tono de mi voz para hacerlo más íntimo.

-Ahora, estoy abriendo las cortinas de mi habitación, apagué las luces porque solo quiero tenerte a ti en mi mente y con la luz de la luna todo es más interesante.

Suspiré al imaginarla

-Apaga la luz, Samantha -susurró ella y lo hice enseguida, luego me moví hacia las ventanas para que la luz también ingresara.

Esa noche había luna llena y el cielo estaba despejado.

-Ya está -murmuré -también he abierto la cortina.

-Perfecto -le oí decir -pero no regreses a la cama, no aún.

Esperé.

-Imagina que yo estoy allí, en medio de esta, observándote.

Me detuve a los pies de la cama e hice lo que me pedía, la imaginé allí.

-¿Estas desnuda? -pregunté.

-No aún, pero quiero que tú lo estés -moví mi mano hacia mi pantalón -pero antes -me detuve -quiero que lleves tu mano por sobre el pantalón, tócate Samantha, dime como estas.

Jadee al tocarme.

-Dura -susurré y cerré los ojos.

-Sí -murmuró ella -¿en verdad lo estás o mientes?

-No, lo estoy-. En verdad lo estaba.

-¿Qué tan dura?

-Mucho -jadee

-Bien -elogio ella, sonreí suavemente-, mira hacia la cama Samantha, yo estoy allí, puedes verme recostada sobre la cama, con cojines tras mi espalda para estar cómoda y verte mejor.

La imaginé en frente, como se describía y entre la oscuridad del lugar casi pude verla, como si estuviera allí.

-Qué te gusta que use Samantha, qué deseas que lleve esta noche puesto -lo pensé-. Me quieres desnuda ya, o en ropa interior, con pantis o medias.

-Ropa interior -solté enseguida, quería alargar el momento -con medias y portaligas.

-Perfecto, porque es lo que llevo puesto -tomé aire -solo que también he estado tocándome sobre mi ropa interior, viéndote de pie en frente de mí. Sé que te gusta cuando separo mis piernas y me tocó para ti.

-Sí, me gusta -susurré.

-Dime qué quieres -pidió suavemente.

-Quiero te bajes el sostén, no te lo quites, solo déjame ver tus pezones.

-¿Te gustan? -susurró ella.

-Sí, tócatelos -murmuré -sé que te gusta que los tome en mi boca -sonreí al oírla tomar aire -llévate un dedo a la boca y humedécelo antes de tocar cada pico duro -ella jadeo suavemente-, imagina que es mi boca la que te acaricia, que es mi lengua la que juega con tu piel.

Al oírla jadear suavemente llevé una mano a mi entrepierna. Gemí al tocarme.

-Samantha, Samantha-susurró ella -no te he dicho que puedes tocarte -trague al oírla, como si hubiera hecha algo malo -qué voy a hacer contigo ahora.

-¿Qué quieres decir? -murmuré.

-Bájate los pantalones, ya que no puedes esperar vamos a hacer esto. -Aunque arrugué mi frente un segundo me quité los pantalones y esperé.

-Tócate, Samantha -continuó ella -acaríciate suavemente, recuerda que yo te estoy mirando, viendo lo que haces -lo hice y cerré los ojos para imaginarla allí, frente a mí -humedece tu pulgar, llévatelo a la boca -lo hice -y luego acaricia tu cabeza -gemí.

Seguí acariciándome, como ella me lo pedía.

-Puedo verte -susurró ella -como tu mano se mueve por tu polla -gemí -como los músculos de tu vientre se contraen con la necesidad de correrse -jadee -pero todavía no puedes hacerlo, no hasta que llegue cerca de ti.

-Abril -susurré.

-Ya no es tu mano la que te acaricia, es la mía Samantha, es mi mano la que te toca.

Gemí.

-Abril -jadee -quiero oírte, tócate para mí.

-Quieres saber cómo estoy -sí, pensé incapaz de responder, estaba muy cerca -quieres saber cuan húmeda estoy, cuan fácil es para mis dedos entrar en mí.

-Déjame oírte -jadee.

No escuché nada por un segundo, pero luego, el sonido húmedo me hizo gemir. Dios, ya no aguantaba, solo estaba a un paso.

-No te corras -jadeo ella -no hasta que yo lo haya hecho primero.

Gruñí y esperé, solo que por suerte no mucho. Cuando Abril gimió y jadeo contra la bocina del aparato supe que se había corrido y la seguí enseguida, temblando y jadeando por aire.

Unos minutos después, abrí mis ojos y observé alrededor. Parpadee al ver el teléfono sobre la cama, lo había soltado.

-Abril-llamé con voz ronca.

-Mm, allí estas -dijo ella -creí que te habías quedado dormida.

Reí suavemente y me moví al baño.

-Con lo satisfecha que estoy ahora no me hubiera parecido raro.

Ella rio.

-Bien, ya es tarde y mañana hay muchas cosas que hacer.

-No puedo creerlo, has obtenido lo que querías de mí y ahora me despachas-. Sonreí.

-Ahora te dejaré descansar mujer extraña, porque mañana yo te llamaré.

-Si es así, hasta mañana extraña.

-Hasta mañana.

Sonriendo colgué el teléfono y regresé a mi cama, luego de quitar la sábana me recosté y cerré los ojos. Ya quería que fuera mañana, algo me decía que sería más divertido que el reciente e interesante encuentro.


Your's | Rivari G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora