Capítulo 12

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25 de febrero, 2015.

Días después Abril y yo estamos en mi cocina, lavando unos platos de nuestra reciente comida. La observé unos segundos antes de continuar. Y aunque le había dicho que no era necesario que hiciéramos esto ella solo había contestado que no le molestaba. Así que diez minutos después ya estábamos por terminar.

Permanecimos en silencio algunos segundos hasta que terminamos. Me seque las manos con un paño de cocina y al girarme hacia Abril, esta apareció sobre mí, besándome intensamente, acariciándome con su lengua. La sorpresa de esto solo duro un segundo, luego ya estaba con ella en mis brazos, solo que la intensidad de su acción causo que la sentara en la mesa y levantara su falda.

Abril abrió mi pantalón y lo bajó de un empujón, cuando mi sexo apareció lo acaricio enseguida. Gemí y me alejé de sus labios. Observé cómo me acariciaba, lentamente.

—Quiero probarte —jadeo ella.

Volví a gemir y la tomé de la mano. Luego de llevarla a mi habitación ella me empujó para que me recostara y me ayudó a sacarme mis pantalones, siguió acariciándome apenas estuve desnuda.

Gemí abiertamente al sentirla acariciar mi perineo, continuó chupándome mientras lo hacía suavemente. Al sentirla mi respiración se atoró en mi garganta y mi corazón comenzó a latir muy rápido.

Me voy a correr en un segundo si ella seguía así, pensé.

Ella me acaricio por alguno segundos más y cuando estuve demasiado cerca de correrme, se lo dije. No pude pasar por alto el hecho de que Abril fuera demasiado buena en esto. Era como si supiera lo que mi cuerpo quería, como si pudiera ver más allá de mí, tranquilamente.

Me quejé cuando ella me sacó de su boca. Como la sentí moverse la observé acomodarse entre mis piernas. Ella afirmó mi sexo y se acarició a sí misma. Gemí al sentir su humedad y luego jadeé al verla hacer esto por algunos segundos. Después, como si nada ella abrió el cajón de mi mesita de noche, tomó uno de los condones y me lo puso.

Un segundo después ya estaba dentro de su cuerpo mientras mis manos afirmaban sus caderas, la observé moverse y apreté la mandíbula para no acabar.

Gemí y jadeé. Abril se inclinó hacia mí para besarme y la recibí con ganas. Pasé un brazo tras su espalda mientras mi otra mano se movía por entre las dos. Con cierta desesperación acaricié su nudo y cuando ella gimió supe que no estaba haciéndolo mal.

Abril se alejó de mi boca y llevó su cabeza hacia atrás, la vi abrir la boca por el placer antes de que me mirara. Ella se movió hacia mi oído y susurró.

—Córrete para mí.

Gemí y alcé las caderas para moverme. Cuando la sentí convulsionar a mí alrededor la seguí enseguida, con intensidad.

Cuando logré recuperarme abrí los ojos y observé a un lado, estaba sola. Lentamente me senté en mi cama y miré alrededor. Mi teléfono estaba a un lado y tenía un mensaje de voz.

Mientras me ponía de pie y caminaba a mi sala lo escuché.

Espero que hayas dormido bien —me detuve, era Abril—lamento haberme ido así, pero se presentó un pequeño asunto que debo resolver, al parecer estaré de viaje unos días —hice una mueca al oírla —pero se me ocurrió algo divertido. Llámame en la noche y sabrás que es. Una pista, ponte ropa cómoda y fácil de quitar—. Con eso el mensaje acabo.

Supe enseguida lo que era y solo pude reír ante su idea. Me sentía como si tuviese dieciséis años y estuviera manteniendo relaciones sexuales con mi primera novia. Todo se había sentido así, como si fuera la primera vez, estaba emocionada, curiosa y más que excitada.

Si seguía así lo último que me faltaría seria no poder controlarme, ahí sí que volvería a ser una adolescente enamorada en su primera aventura sexual.

Your's | Rivari G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora