Capítulo 14

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23 de marzo, 2015.

Semanas después, luego de varios encuentros telefónicos, Abril regresó de su viaje. Ya habíamos ido a comer y al cine, por lo menos nos veíamos tres veces en la semana, y todas esas veces terminamos en mi departamento para tener relaciones. No es que me molestara, todo lo contrario. Solo sentía que mentía, que al no decirle a Abril lo que en verdad necesitaba, la engañaba.

Pero me prometí no arruinarlo de esa manera, no quería que ella me rechazara, en verdad me gustaba demasiado para pasar por algo así. Prefería fingir que no me importaba antes de perderla.

—¿En qué piensas tanto? —preguntó Abril. Estábamos viendo una película.

—En nada —dije sin mirarla y tomé un puñado de papas fritas de una fuente. Sentí la mirada de ella sobre mí y solo me giré hacia ella luego de unos segundos. —¿Qué? —pregunté y sonreí.

Abril negó con una cabeza una vez antes de acercarse para besarme. Enseguida la tomé de la cintura para sentarla sobre mi regazo, solo que no esperé que ella se arrodillara entre mis piernas para bajarme el cierre y abrir mi pantalón.

En menos de un par de segundos me tuvo como quería, dura y necesitada de ella, me acarició con sus manos de diferentes formas, torturándome y dándome placer. Jadeé y solté una maldición.

Ella sabía cómo lo quería, debía ser psíquica, me imagine. Siempre había tenido que decirle a la mujer de turno como tomarme, como apretar y lamer. Ahora podía disfrutar con calma.

Abril me llevó a su boca enseguida, sin juegos preliminares ni nada. Me succionó con energía, sus manos me acariciaron como si fueran las mías, y justo antes de correrme me liberó.

—¿Qué? —jadeé y abrí mis ojos para verla.

Ella besó mi vientre, mordió suavemente la piel cerca de mi ombligo y lamio la marca. Cuando mi corazón se calmó volvió a tomarme en su boca, con la misma intensidad. Gruñí y me estremecí.

Solo que esta vez otra vez me liberó. Estuve muy tentada a rogarle, a suplicarle que acabara con ese juego. Pero recordé mi promesa de nuevo y me contuve.

Volví a gemir y jadear. Abril volvió a llevarme a su boca. Me acaricio con dos manos rápidamente, esta vez sabía que si ella se detenía iba a olvidar mi promesa y simplemente suplicaría. Solo que no fue necesario, ella se alejó un segundo solo para decir.

—Córrete —apenas volvió a tomarme me corrí, levantando mis caderas y gritando. Vi luces tras mis parpados cerrados y sentí mi cuerpo volverse de gelatina.

Cuando fui capaz de verla arrugué mi frente al notar que estaba a unos dos metros de mí, de pie cerca de una ventana mirándome y hablando por su celular.

Como rayos no oí el aparato, o a ella alejándose, pensé.

Abril suspiró pesadamente antes de sonreírme.

—Bien —dijo con voz tensa, arrugó su frente —estaré allí mañana —ella cerró los ojos un segundo —no, mañana —repitió con firmeza —adiós.

Colgó y me miró

—¿Qué pasa? —pregunté enseguida, pasaron unos segundos antes de que contestara.

—Lo siento, debo irme—. No me moleste mucho por esto solo porque pude observar el disgusto en su rostro ante la idea.

—¿Qué está mal?

Ella se acercó.

—Un problema sin importancia, lamentablemente debo salir de viaje y no puedo quedarme más tiempo.

Me puse de pie y me acerque, arrugue mi frente al oírla. Otra vez saldría de viaje, que era lo que la mantenía así de ocupada. Estuve tentada a seguir preguntando, pero supuse que si ella deseaba contarme lo que pasaba lo haría, así que solo suspiré.

—Bien, no niego que me gustaría que te quedaras, pero si debes irte... —me encogí de hombros.

Ella me observó unos segundos fijamente antes de asentir. Se acercó a mí y me besó suavemente, cuando abrió la puerta para irse me miró y sonrió.

—Prometo recompensarte luego.

Abrí la boca un segundo y luego me estremecí, por suerte esto no lo vio ella ya que había salido apenas esas palabras escaparon de su boca.

—Recompensarme —repetí. Ciento de ideas llegaron a mi cabeza y observé mi entrepierna y a mí mini yo de nuevo despertado. —Ni te quejes que hace un minuto te estabas divirtiendo —murmuré.

Solo que otra vez era solo yo quien se divertía. Ya había pasado algo como esto antes, varias veces no habíamos podido terminar lo que comenzamos porque ella tenía que salir, esto me estaba cansando un poco.

Me pregunté por qué ella siempre tenía que salir, qué era eso que la mantenía días fuera de la ciudad.


Errores o no me pelan la vrga, quiero ver mi partido de tigres :D


Your's | Rivari G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora